Esquiar en Arabia
Hace unos días escribíamos de la intención de Qatar de celebrar unos Juegos Olímpicos, una aspiración que antaño se veía como una quimera, pero que cada día suena menos descabellada, una vez que la península ya ha albergado, alberga o albergará Mundiales de fútbol, atletismo, balonmano, ciclismo, gimnasia, natación, motociclismo, F1, pádel… Mucho más disparatado hubiéramos percibido que un país de Oriente Próximo acogiera unos Juegos de Invierno, pero en las últimas fechas también se ha abierto esa sorprendente puerta. Arabia Saudí ha sido designada como sede de los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029, en una ciudad que todavía no existe, la futurista Neom, donde invierte más de 500.000 millones de dólares en tres megaespacios, entre ellos Trojena, el resort que producirá nieve con agua desalada del mar Rojo, de la misma manera que ha construido un lago artificial. Es obvio añadir que detrás de la organización de unos Juegos Asiáticos se divisa el objetivo de cobijar unos Juegos Olímpicos. El COI ya asignó la edición de 2014 a Sochi, un destino ruso de playa en el mar Negro, así que tampoco es cosa de echarnos ahora las manos a la cabeza ante las potenciales decisiones olímpicas. Trojena 2029 alcanzará una cota máxima de 2.600 metros, no hay que imaginarse la nieve entre las dunas del desierto.
Aun así, habrá que ver cuál es el impacto medioambiental, una preocupación que ya ha verbalizado Kilian Jornet. Y luego está el asunto de los derechos humanos, el mismo que está en boga estos días durante el Mundial de fútbol. Arabia es un país todavía más restrictivo que su vecino Qatar, si bien su política actual, el proyecto Visión 2030, apunta a un aperturismo que incluye la celebración de eventos deportivos. Esta semana se ha disputado la Titan y a finales de mes arrancará el Dakar. Si es puro blanqueo de imagen o un paso verdadero al progreso, sólo el tiempo lo dirá.