Endrick, que no te partan la pierna

La semana pasada todos nos quedamos de piedra al ver la entrada salvaje y brutal que un tal Maycon de Andrade Barberan, del Corinthians, sacudió sin piedad sobre la adolescente pierna derecha de Endrick. Una patada de las que se daban en el siglo pasado cuando no había tantas imágenes de televisión, lo que permitía la impunidad de los llamados ‘leñeros’, que se hacían respetar clavando alfileres a los rivales en los córners o entrando con los tacos a la altura de la rodilla como si sus botas fuesen un tomahawk. Un fútbol que se llevó por delante los tobillos de Maradona y Juninho, las rodillas de Bustillo y Paco Bonet, o el cuádriceps, en modo cornada, del recordado Amancio Amaro.

Por eso desconcierta más que en 2023 podamos ver todavía entradas con ese aire matonil, como diciendo al crío de 17 años que “ojo conmigo que te puedo retirar del fútbol sin alcanzar la mayoría de edad”. Me preocupa mucho, y en el seno del Real Madrid también, que la fama que ha cogido el chico desde que se hizo oficial su marcha al Bernabéu para 2024 genere esa envidia (insana) de compañeros del Brasileirao, a los que parece fastidiarles no tener la misma suerte que el joven y robusto delantero de Palmeiras.

Aunque un entrenador con tremendos complejos le está impidiendo jugar los minutos que merece el talento de Endrick, el chico tiene la cabeza centrada y sabe que la Tierra Prometida del fútbol le espera en ese Bernabéu que cuando él llegue estará acabado y con un lujo escénico que será la envidia de todos los jugadores que no sean del Madrid. Le pegan tan fuerte por eso. Pura envidia.