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En Nyon le deben la vida al Madrid

Otra final más. Una noche escuché decir a Mijatovic que esta Champions, la última con el formato moderno –fase de grupos y eliminatorias– debía ganarla el Madrid por ser el club que más la había respetado y amado, el que más en valor la había puesto año tras año, edición tras edición. Razón no le falta. Ahora que el mejor torneo de la historia se encamina hacia una profunda y polémica transformación (una liga entre todos pero sin jugar todos contra todos), el Madrid vuelve a estar donde siempre: en una final y al borde de otro título.

Idilio. Ni en el mejor de los sueños la UEFA imaginó, cuando se creó la Copa de Europa, que un equipo dedicaría su existencia a tratar de ser su campeón año sí y año también. En el cuartel general de Ceferin en Nyon deben estar muy agradecidos por cómo desde el Bernabéu se ensalza constantemente su competición. No hay mejor embajador para la Champions que el Madrid ni mejores imágenes de marketing que las de los jugadores y aficionados blancos enloquecidos tras una nueva remontada, tras otro éxtasis. El Madrid ha elevado el gran torneo de clubes europeo muy por encima de lo imaginable.

Movimiento. Curioso: este flechazo Bernabéu-Champions coincide con el anhelo blanco de cambiar el estatus quo y crear la Superliga. A nivel de negocio, es obvio que el Madrid ve más productivo un nuevo modelo gestionado al margen de la UEFA; a nivel emocional, sin embargo, sería difícil aceptar un escenario diferente al de ahora. La Champions es la Champions. Para lo bueno y para lo malo. Y lo es, entre otras cosas, gracias al propio Real Madrid.

Hallo Deutschland. Un mes queda para la Eurocopa y también un año para el nuevo y renovado Mundial de Clubes, si es que se disputa. Los jugadores enviaron una carta a través de FIFPro exigiendo que se modifiquen las fechas o emprenderán acciones legales. La FIFA no acepta lo primero y ve un farol en lo segundo. Todo se arregla negociando. Si es con unas buenas primas, mejor.

Hoy descubrimos a… Diogo Pinto (2004). El Sporting de Portugal ya es campeón y su técnico, el estupendo Ruben Amorim, anunció que los últimos encuentros los jugará este portero de gran futuro en los leones y en el fútbol portugués. Internacional en todas las categorías, con 1,94 de estatura, convocado durante toda la temporada como suplente de Adán o de Franco Israel tras la lesión del primero, le llega ahora la oportunidad de brillar. Nombre de gran futuro.

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