El Valencia evidencia por qué es el colista
Las sensaciones que transmite este equipo son pobres en otras facetas del juego que atienden más a cuestiones de concentración, tensión e intensidad.
El Valencia hizo honor en el Metropolitano a su condición de colista. Lo será otra jornada más en solitario por 19º ocasión en su historia (2.934 partidos en Primera), seis de ellas en la era Peter Lim, el culpable junto a Simeone de lo lejos que está hoy el Valencia del Atlético. Los peores pronósticos que se hicieron cuando se sorteó el calendario se han cumplido y el Valencia solo ha sumado 1 punto de 15 tras enfrentarse al Barcelona, Celta, Athletic, Villarreal y Atlético. A los malos presagios por sus resultados se le ha sumado el caso Rafa Mir y las lesiones de Gayà y Hugo Duro. Y todo ello con el hastío que de por sí genera Lim. La tormenta perfecta.
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El Valencia salió a achichar agua como fuera contra el Atlético, pero lo hizo con un colador y un cubo roto. Fernando Morientes se cansó durante la retransmisión en Movistar de hablar de “errores no forzados” y tras ellos llegaron los tres goles rojiblancos. Está claro que al Valencia le falta talento, calidad, y esas son virtudes que se compran en el mercado. Tras el 2-0 la cara de Baraja en el banquillo era de “¿y qué hago yo ahora?”, mientras el Cholo dosificaba porque le viene la Champions a De Paul y Sorloth con Correa y Julián Álvarez. Pero las sensaciones que transmite este Valencia son pobres en otras facetas del juego que atienden más a cuestiones de concentración, tensión e intensidad. Baraja tiene faena por delante, mucha. Él es quien tiene que darle soluciones a sus chavales.
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