JUAN JIMÉNEZ

El último grito de Alba

Alba remató con ese alma de delantero que tiene desde crío, porque en esa posición nació para el fútbol en el Hospitalense. Gritó gol y el Barça se acercó definitivamente a la Liga.

Jordi Alba y Ansu Fati.
LLUIS GENE | AFP
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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Alba remató con ese alma de delantero que tiene desde crío, porque en esa posición nació para el fútbol en el Hospitalense. Gritó gol y el Barça se acercó definitivamente a la Liga. A veces es justo que el fútbol tenga estos detalles con los grandes que ven cercano su final y se agarran con orgullo a su puesto. Alba ha perdido mucho protagonismo esta temporada y si quiere seguir la siguiente, va a tener que pegarse otro buen bocado en su sueldo. Pero ha aceptado que, un poco su físico y otro poco Xavi, le hayan ido arrinconando. Ha aguantado en silencio y, cuando ha salido, ha aprovechado sus momentos.

La carrera deportiva de Alba merece un respeto. El mejor socio de Messi desde el adiós de Alves participó del último tramo de esplendor del Barça del argentino, triplete incluido en la época de Luis Enrique. Luego, y junto a algunos capitanes y pesos pesados más como Messi, Suárez o Piqué, amasaron demasiado poder en el vestuario. La decadencia fue dura. Alba se ha tragado las goleadas del Liverpool y el Bayern, y el final de un ciclo. Tuvo gloria y también masticó fracaso. Por eso merecía formar parte de este renacer y sentirse partícipe de esta Liga que levantará como tercer capitán del Barça.

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