El salto generacional

La retirada de Sandra Sánchez dejó el enorme vacío de una campeona que había encadenado siete títulos consecutivos en el Europeo, dos en el Mundial y el oro olímpico de Tokio, el primero y único en la historia del kárate. ¿Quién podía cubrir ese noble hueco? La pregunta no ha tardado mucho en hallar respuesta. El pasado sábado, en Guadalajara, una perla de 17 años, Paola García Lozano, la más joven de siempre, se coronaba nueva reina continental de las katas. Su éxito llega en un contexto con doble cara. La parte buena es que puede progresar por el camino abierto por Sandra, en una especialidad antes desconocida para el público generalista. La parte mala, y dolorosa, es que el kárate ya no figura en el programa olímpico, y los deportes que habitan fuera de los Juegos pasan más frío. En cualquier caso, Paola marca la sucesión, el buen hacer del deporte español en sus disciplinas más tradicionales.

Es el mismo caso de Carlos Alcaraz tras los pasos de Rafa Nadal. Palabras mayores. Y también de un nuevo valor que este jueves se proclamó campeón mundial júnior de snowboard cross: Álvaro Romero, de 19 años. El vasco sigue la estela de Regino Hernández y Lucas Eguibar, que se colgaron ese mismo oro en 2011 y 2013, respectivamente. Luego, Regino fue bronce olímpico en PyeongChang 2018. Y Eguibar, campeón mundial en 2021. De hecho, Luki continúa tirando del carro, tras superar una dura lesión, y el pasado domingo acabó subcampeón de la Copa del Mundo, que ya ganó en 2015. A su rebufo crece un equipo joven donde sobresale Romero, que este año ya ha logrado un podio en la élite, la plata en Veysonnaz. Detrás de estos resultados hay un trabajo estratégico de la RFEDI, el apoyo institucional del CSD y una empresa privada como Movistar, que confiaron en hacer crecer un deporte emergente, que ya ha dado el salto generacional.