Leo y escucho a muchos madridistas llevarse las manos a la cabeza por los fichajes del Atlético, como si el único que tuviera derecho a reforzarse en condiciones fuera el Real Madrid. Muchos creen que el deseo de cualquier niño del mundo, nada más nacer, es vestirse de blanco, pero eso no impide que a algunos otros les haga ilusión jugar en el Atleti.
Me imagino que Roncero y compañía aplicarán ahora el cuento de que la posible llegada de jugadores como Gallagher y Julián Álvarez a nuestra Liga puede ser bueno para el espectáculo y para la competición. O quizá no. Igual sólo es positivo cuando los buenos futbolistas recalan en el Bernabéu, todos vestiditos de blanco. Y, claro, cuando esto pasa, luego se extrañan de por qué los aficionados del Atlético ven con buenos ojos cualquier tropiezo de su gran rival capitalino. En cualquier caso, yo personalmente me alegro de que ni en sus mejores momentos se olviden del Atlético y lo saquen a pasear en lo que ni les va ni les viene.
Los dirigentes del Atlético están tratando de hacer las cosas bien. El club rojiblanco no tiene la capacidad económica del Madrid, que puede gastarse una purrela de millones en cualquier proyecto de jugador y, luego, si se equivoca, no pasa nada. Se va a por otro, y aquí paz y después gloria. El Atlético en su remodelación de la plantilla trata de traer gente joven y con hambre... Para ello Cerezo y Gil Marín han llevado a cabo una ampliación de capital y han tenido que dar bajas a jugadores que fueron importantes. El Atlético, tras unos años muy duros, siempre animó el mercado: Agüero, Forlán, Falcao, João Félix... El problema para los rectores del club del Metropolitano es que no tienen el mismo margen de error que otros.
Así que, bienvenidos los nuevos fichajes del Atlético. Probablemente, ninguno de ellos soñó nada más nacer con jugar en el Atleti, pero defenderán con orgullo esa camiseta. Mientras tanto, deleitémonos viendo a los vecinos presumir de tener la mejor plantilla de su historia y, al tiempo, rezongar por los fichajes que hace el Atleti, en plan perro del hortelano, que ni como ni dejo comer...
Y luego los acomplejados, dicen, son los de rayas...