Opinión

El nuevo tremendismo de la Supercopa

Lo que teme ahora Xabi lo vivió en sus carnes Valverde en 2020. Un Bartomeu a la deriva le destituyó cuando era líder en LaLiga.

El nuevo tremendismo de la Supercopa
Toni Albir | EFE
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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Otro paradigma. Convienen los expertos en que Xabi Alonso se jugará su puesto en la Supercopa. Es curiosa la deriva que ha experimentado la competición desde que el contrato desbocado de Rubiales y Piqué se la llevó a Arabia Saudí para indignación de algunos y maná económico de otros (hasta 26 millones de euros van para el fútbol base). Hasta entonces, y salvo episodios muy puntuales como aquel de 2011, en el punto de máxima tensión entre el Barça de Guardiola y el Madrid de Mourinho, se jugaban en chanclas y resultaban del todo intrascendentes. Desde su llegada a Arabia, y con el consiguiente cambio de fechas, se han convertido en un punto de inflexión en la temporada que hasta tritura entrenadores. Lo que teme ahora Xabi lo vivió en sus carnes Valverde en 2020. Un Bartomeu a la deriva le destituyó cuando era líder en LaLiga.

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Paradoja. Los resultados, sin embargo, demuestran que es lógico que los dirigentes le estén dando trascendencia a la competición. Marca tendencia. En 2022, el Madrid se la llevó; y desde ahí voló al Doblete. Un año después, seguramente en el mejor momento del Xavi entrenador, el Barça salió con la gasolina precisa para ganar la Liga en lo que fue el inicio frustrado de una nueva era. En 2024, otro giro. Goleada del Madrid en Riad, otro Doblete de impresión de camino, y Xavi a punto de presentar su dimisión en diferido un año después de haber tocado el cielo. Finalmente, el 2-5 del año pasado en Yeda que abrió la puerta del Triplete nacional al Barça de Flick y que empezó a anunciar el final de ciclo de Ancelotti.

A la de este año se llega con más expectativas morbosas que nunca: el entrenador del Madrid puede caer. Ya veremos si el tremendismo es real o no. Seguramente, Xabi Alonso ande dándole vueltas a la paradoja. Un supuesto proyecto de tres años puede saltar por los aires en dos partidos. O, quién sabe, igual lo salva.

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