El Madrid sigue en precario
En un examen de verdadera exigencia, contra un Celta que merece todos los halagos que recibe, el Madrid se agarró a la respuesta clásica que no es otra que Courtois y Vinicius, a la que se ha añadido lógicamente Mbappé. Con tres tiros así le sirvió para ganar, pero no para poner razón al desvarío en el que vive. El cambio de sistema de Ancelotti para igualar la estructura del Celta, con Tchouameni como tercer central en la salida de balón y no se sabe dónde en la fase defensiva, no trajo mejores noticias. Porque el Madrid fue un equipo poco gremial, indolente en las vigilancias y efímero en sus buenos ratos de fútbol. Al final, se salvó del tropiezo debido a que el Celta hace casi todo bien menos la finalización. Los de Giráldez ponen contra las cuerdas a todos, pero echan en falta mayor tino. En cualquier caso, todos queremos más propuestas de este tipo.
El Madrid sigue siendo un bloque poco definido. Cuando Mbappé y Vinicius se desconectan de sus funciones defensivas, algo que se repite de forma abusiva, se parte en todos los frentes y no se corrige. Tchouameni anda siempre despistado, entre otras cosas, por su escasa aplicación en el repliegue, pero a excepción de Valverde o Bellingham pocos destacan a nivel táctico. A Lucas y Fran García les vinieron grande sus responsabilidades como carrileros. No estuvieron mejor ni Militao ni Rüdiger, superados por Swedberg y Borja Iglesias. Y Mingueza demostró que cualquier jugador con nociones posicionales y creativas coloca en más que un brete a un Madrid testarudo en su desacato defensivo. Cuando los de Ancelotti volvieron al final a la línea de cuatro atrás, con Mendy también desafinado, nada cambió sustancialmente. Suerte para ellos que Modric siempre está ahí y que cuenta con un trío de ases que no perdona a diferencia de sus rivales. A eso se aferra Ancelotti, justificado por la victoria. El juego, por ahora, no termina de decir nada bueno de su equipo.
Recuperación clave
Fran Beltrán recibió muchas veces solo en la medular, pero Valverde y Camavinga se activaron en los saltos para complicar su red de pases. El francés va a por él y propicia el error del mediocentro celtiña, que aprovecha Mbappé.