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El Madrid se puso ‘morado’ ante la Juve

El secreto de Carlo. Ancelotti es un sabio matriculado en la Universidad del fútbol desde hace muchos años. Sabe que el 10 de agosto empieza el gran reto del Sextete y no va a hacer concesiones para la galería si eso pone en peligro esa Supercopa de Europa ante los entrañables amigos del Eintracht, que debe mantener el ciclo triunfal del atractivo proyecto del italiano. Por eso, en el centenario Rose Bowl de Los Ángeles sacó de arranque ante la Juventus el once de París, el de la 14, que será el mismo que repita en Helsinki. Algún amigo me decía que le parecía demasiado conservador el planteamiento. Ese mismo colega (¡hombre de poca fe!) me dijo a la hora de partido que el Madrid le estaba maravillando. Este once es el once del Campeón de Europa, el mismo que ha doblegado a gigantes como el Liverpool de Klopp, que el sábado pasó por encima del Manchester City de Guardiola en la Community Shield, otro al que también se ha merendado la orquesta filarmónica de Carletto. A este equipo le motiva jugar contra rivales con historia. La Juventus fue una víctima ilustre más.

La Santísima Trinidad. Kroos y Modric sacaron de nuevo la partitura, con Casemiro recuperando su estatus de jefe de seguridad. Hasta ahora les apodábamos la Santísima Trinidad, pero Ancelotti es un genio y tras la exhibición ante la Juve les rebautizó como ‘El Triángulo de las Bermudas’. Por si fuera poco, arriba Benzema y Vinicius nos recordaron que el primero ganará el Balón de Oro el 17 de octubre en París y que el segundo lo conquistará seguramente en 2023. Fabricaron jugadas de ensueño y ellos diseñaron el 1-0 que empezó a decantar el duelo con los juventinos. Penalti de libro a Vini y definición fantástica de Benzema desde el punto fatídico. El arrebatador once de Saint-Denis aguantó hasta el minuto 63, que pudo irse con un 4-0 si no llega a ser por los paradones de Perin a Mendy, Carvajal y Benzema. Pero cuando se fueron del campo con una tanda masiva de cambios, los 93.702 aficionados del Rose Bowl aplaudieron en pie la maravillosa obra futbolística presenciada.

USA ‘loves’ Real Madrid. Es normal que el Madrid sea el equipo con más seguidores en Estados Unidos. Juegan mejor que nadie y ganan, algo muy de la cultura deportiva norteamericana. El juego de los ‘morados’ acabó entre olés de una grada entregada y festiva. Que no se me moleste Xavi. El estilo del Madrid sigue siendo ganar y encima hacerlo de forma estética y vistosa. Lo del tópico de “el Madrid gana pero no juega a nada” ya no cuela. Que Xavi se lleve el vídeo de esos 63 minutos y tome nota. Le va a dar envidia sana mientras le busca fórmulas a Lewandowski para que meta su primer gol con la camiseta azulgrana. Karim ya lleva dos en dos ratitos y el renacido Hazard, como nueve de guardia, también puede presumir de que lleva más goles que el polaco durante el verano.

También Vallejo. La clave de este equipo es que tiene una unidad de propósito en el vestuario que consigue que todos remen en la misma dirección. Hasta Vallejo, que parecía desahuciado hace unos meses, se ha asentado en su rol de comodín de la defensa para cuando toque apagar algún fuego y le vimos en el mítico Rose Bowl jugar de lateral izquierdo como si fuese Marcelo. En la jugada del 0-2, tras una maravillosa maniobra de Hazard, el aragonés levantó la cabeza desde el flanco izquierdo y con un pase quirúrgico habilitó a Asensio para que pusiera el broche de oro a la primera gira norteamericana postpandemia. Bonucci, capitán bianconero, agachaba la cabeza en el campo mientras que Di María, uno de los héroes de la Décima, hacía lo propio en el banquillo asumiendo que últimamente le toca hocicar ante su exequipo, ya sea en París o en Turín. Señoras y señores, ya saben ustedes que fuera del Madrid hace mucho frío...