El Madrid se impone a vientos y mareas
El contexto es esencial para medir el rendimiento en el fútbol. Desde esta perspectiva, el del Real Madrid se acerca a la perfección. Ha logrado 42 puntos en los 17 partidos de Liga que ha disputado, sólo ha sufrido una derrota -frente al Atlético de Madrid en el Metropolitano- y ha sumado todos los puntos posibles en la fase de grupos de la Liga de Campeones, todo esto en una temporada atravesada por las graves lesiones de varios titulares -Courtois, Militao y, desde ahora, Alaba-, las ausencias prolongadas de Vinicius y los contratiempos de Tchouameni y Camavinga, además de la imprevista marcha de Benzema al fútbol saudita. En estas circunstancias, conviene reconocer el mérito de un equipo tan castigado por el infortunio, pero que no decae. Se impuso al Villarreal con energía, buen juego y el excelente rendimiento de un grupo de jugadores que, por diversas razones, parecían destinados a un papel secundario esta temporada.
En los pronósticos previos al comienzo de la temporada, resultaba difícil de imaginar un partido de mitad de diciembre, con la Liga a todo trapo y un rival como el Villarreal, que en la temporada anterior venció en el Bernabéu, una alineación que incluyera a Lunin, Lucas Vázquez y Brahim de titulares, a los que se añadió Nacho en el primer tiempo, tras la grave lesión de Alaba y Fran García, en el descanso. Tampoco Kroos y Modric figuraban en las previsiones. Menos aún, juntos. Se decía que esta temporada era la de la energía, la de Tchouameni, Camavinga, Valverde y Bellingham, pero los dos veteranos jugaron como los ángeles frente al Villarreal.
Por lo que respecta a Valverde, la plaga de lesiones en el equipo le han conducido a una posición diferente a la habitual, más cercana al trabajo de medio centro que al de interior derecha, lo que significa menos carreras y más control defensivo, una ubicación que restringe la expansiva naturaleza de su juego. Por ahora, cumple sin tacha con el papel.
Difícil de imaginar hace un par de meses una delantera integrada por Rodrygo y Brahim, dos jugadores ligeros, sin el apoyo del típico delantero centro. El caso es que funcionan y cuando ese especialista puro ha aparecido, nada puede reprocharse a su rendimiento: Joselu se hace notar en el campo.
Varios de estos jugadores, en principio condenados a un papel secundario, conocen la exigencia en el Real Madrid desde sus años en el Castilla, incluido Joselu, que ha regresado después de su largo periplo por la Bundesliga, Premier League y su destacada aportación al Alavés y el Espanyol. Pocas veces se ha visto una respuesta más admirable que la de este grupo de futbolistas, que han abierto una distancia apreciable sobre el Barça y el Atlético de Madrid, sus clásicos rivales en la pugna por el campeonato.
El único factor novedoso es Bellingham, factor atómico a la vista de lo que ocurre. No sólo ha superado las expectativas generales, que ya eran altísimas, sino que las ha elevado en condiciones complicadas para cualquier nueva figura. Lejos de achicarse ante la compleja situación que afecta al equipo, Bellingham se ha erigido en el líder indiscutible del Madrid en todos los órdenes. Su explosión en el capítulo goleador es fascinante: 13 goles en 15 partidos de Liga, números impensables en un centrocampista, cifras de Kane, Haaland o Mbappé, los delanteros más cotizados del mundo.
No se pueden hacer mejor las cosas en situaciones tan delicadas, pero la temporada no se detiene y en el aire flota un interrogante: ¿Hasta dónde puede exprimirse este equipo en todos los frentes? La lesión de Alaba añade otra pregunta: ¿Es necesario el fichaje de un central en el mercado de invierno? En realidad, en el Real Madrid todo han sido obstáculos y preguntas obstáculos desde el comienzo de la temporada. No hay duda de la respuesta del entrenador y los jugadores: ha sido sensacional.
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