OPINIÓN

El Madrid pasa, Alemania aplaude

MADRID, 06/03/2024.- Los jugadores del RB Leipzig a la finalización del encuentro correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones que Real Madrid y RB Leipzig han disputado este miércoles en el estadio Santiago Bernabéu. EFE/Ballesteros.
Ballesteros
José Carlos Menzel
Nacido en Múnich en 1989, pero de familia e idiosincrasia sevillana. Comenzó en AS en 2013. Cubre toda la información sobre la Bundesliga, la Mannschaft y los equipos alemanes en competiciones europeas. En la República Federal es redactor de TZ, para el que suele centrarse en las noticias del Bayern, para el que jugó en las categorías inferiores.
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El RB Leipzig está acostumbrado a crecer a pasos agingantados. Desde que la famosa empresa de las bebidas energéticas compró la licencia al modesto SSV Makranstädt en 2009, club que en aquel entonces militaba en la quinta y última división del fútbol alemán, y lo bautizó como RB Leipzig, los toros rojos sólo supieron mirar en una única dirección: hacia arriba. Encadenaron cuatro ascensos en siete años, instalándose en la Bundesliga y la Champions League en tiempo récord para terminar alzando dos Pokal en 2022 y 2023. El Leipzig derribó las puertas que dan acceso a la élite y la gloria sin apenas despeinarse y gracias al dinero de su empresa matriz, hecho indiscutible que provocó, provoca y seguirá provocando el odio del (predominante) sector tradicional de aficionados en Alemania. Para ello, la eliminación del RB a manos del Real Madrid es una grandísima victoria que es equiparable a la frustrada entrada de inversores en el fútbol alemán como consecuencia de las masivas protestas a lo largo del mes de febrero.

Lo es porque el Leipzig, por primera vez desde que la Red Bull le diera alas, afronta una temporada sin visible crecimiento. En la Pokal fue eliminado a la primera de cambio, en la Champions más de lo mismo y en la Bundesliga se encuentra en plena lucha por no quedarse sin volver a poder disputarla el año que viene. Por encima de los sajones se encuentran Leverkusen, Bayern, el sorprendente Stuttgart y el Dortmund, principal rival por entrar en la máxima competición continental al situarse un solo punto por encima del RB. Independientemente del desenlace final, la Supercopa de Alemania parece el único (e insuficiente) alivio de un club que hace mucho ha dejado de mirar de reojo al título liguero y, además, ve cómo la hinchada alemana le ha cerrado la puerta a la entrada de un dinero ajeno que hubiese abierto aún más la brecha entre ricos y pobres. No es un gran año para la multinacional austríaca y su franquicia futbolística alemana, que vio cómo fue superado por un Real Madrid al que Alemania aplaudió.

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