El Madrid no sale de su caída
Se podrá discutir la relativa importancia del partido o la conveniencia del once tan lustroso que sacó Ancelotti para lo que tenía en la maleta, pero la única realidad es que el Madrid sumó una nueva derrota que acentúa sus dudas. Lo hace porque otra vez fue víctima de ciertas desatenciones defensivas inquietantes y de errores individuales de peso. Militao saldrá en la foto por la jaimitada del primer gol, pero el problema es más profundo. La Real de Silva y Kubo, un equipo con todas las condiciones del mundo para hilar el juego en espacios reducidos y para servirse de una presión magnífica en la que todos corren, sacó al escaparate las carencias de los de Ancelotti para empaquetarse entre líneas y cubrir su espalda. Desde el principio, los de Imanol supieron cómo atacar con un ritmo alto y una posesión decidida y bien ejecutada. Su cultura futbolística quedó bien ilustrada en Silva, cuya influencia no remite con el paso de los años. Por sí solo jugó un partido que nadie en el Madrid pudo replicar.
A los de Ancelotti, pese a abordar la empresa con seriedad, les quedó grande la noche. Algunas piezas mejoraron su tono al menos durante un rato, véase Tchoaumeni, pero otras escenificaron el momento de zozobra que atraviesa en líneas generales el equipo. Si Ceballos se jugaba un puesto en la Copa o contra el City, su actuación no dijo nada bueno sobre él. Rüdiger se mostró más seguro, pero hay situaciones en las que no termina de borrar esa sensación de inconsistencia. Y la oportunidad que le dio Ancelotti a Mariano dejó en peor lugar al italiano que al propio delantero. No se entiende que Álvaro Rodríguez tuviera que esperar en favor de su compañero. Son decisiones controvertidas en un Madrid que no va a llegar de la mejor manera a la final de Copa ni al pulso titánico de Champions. La Real no es el City, pero sí comparten elementos de su fútbol y la respuesta de los de Ancelotti no resultó afortunada.
Presión estudiada
La Real apretó en bloque con vigilancias individuales cada reinicio de jugada del Madrid. Sorloth deja recibir en corto a Militao para después orientar la presión. El resto de futbolistas del equipo de Ancelotti están marcados y el brasileño se equivoca gravemente.