El Madrid juega a otra cosa


Hay partidos sin historia, y luego queda este Madrid-Valencia. No hubo intriga por el auge futbolístico de uno y la caída sin fin del otro. Un duelo de contrastes acusados que, en todo caso, también sirvió para comprobar la buena línea de los blancos. Con Xabi Alonso, el Madrid no se da a la relajación, se desempeña con intensidad en la recuperación y se constituye con orden. Ese aire pragmático y responsable, antagónico con la dispersión del pasado curso, le ofrecerá rentabilidad. Sobre esa base, ante rivales tan empequeñecidos como este Valencia, no deja margen a la sorpresa.
En el Madrid se concentraron muchas virtudes hasta que lo tuvo ganado. Con cierta razón, circulaban sospechas sobre su plan colectivo en ataque. Era una ofensiva más episódica que continua, abrazada a su calidad individual, la zurda de Güler y el cañón de Mbappé. Contra el Valencia hubo otro ritmo, más movilidad y más rapidez con el balón. Muchas cosas pasaron por Güler durante el primer tiempo, con Mbappé como agraciado, pero el Madrid lució en equipo, menos Mastantuono. Bellingham, Vinicius y el delantero francés se repartieron los espacios de manera razonada, intercambiándose y alineándose en las distancias justas. La sensación que transmitieron fue de entendimiento total, y eso sí que es una suerte decisiva para Xabi Alonso y sus pretensiones de éxito en la temporada. Bellingham resultó un motivo de celebración evidente. El gol fue lo de menos; su fútbol, lo más importante. Ya no es un cuerpo extraño. Bellingham estuvo perfecto en la dirección del juego, dinámico y voraz, situándose con sentido.
Enfrente, hay que remarcarlo, no había nada. El despropósito de inicio a fin del Valencia puede apuntillar a Corberán, que ha perdido la brújula. Tiene al equipo muerto. Fue un Valencia sin contenido, desaparecido en combate, incapaz de estirarse por el plomo en las piernas de Danjuma, las malas decisiones de Diego López y la ralentización de Pepelu y Santamaría en la manija. Atrás se cuarteó por todos los sitios y se distrajo en las marcas. En ese sentido, se debe escandalizar por la actuación de Thierry. El diagnóstico del Valencia es crítico, sin demasiada esperanza en el corto plazo. En el Madrid, las perspectivas son muy distintas.
Güler ataca la profundidad

El turco irrumpe por el perfil izquierdo a la espalda de Thierry y los centrocampistas che. Bellingham tiene la línea de pase abierta ante un adversario horriblemente posicionado.
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