El Madrid hace negocio
Hace tiempo que los clubes europeos tienen asumida la fuga de sus jugadores a la NBA. Un viaje que incluso puede producirse en plena temporada, como le ocurrió al Real Madrid con Facundo Campazzo y Gabriel Deck, lo que suele ser todavía más doloroso, porque tienes que tapar agujeros sobre la marcha. Pero no hay manera de oponerse a esa tendencia. Los grandes jugadores quieren competir en la mejor liga, salvo en raras excepciones como Sergio Llull. Si no puedes pelear contra el poder de seducción del sueño americano, es mejor adaptarse. Y hasta sacar beneficio de ello. El Madrid es uno de esos clubes que han sabido hacerlo. En un periodo de diez años, desde la salida de Nikola Mirotic en 2014, ha hecho caja con las cláusulas de rescisión hasta un montante de 20,3 millones. Han sido 2,5 de Mirotic, 3 de Sergio Rodríguez, 2 de Luka Doncic, 6 de Campazzo, 1,3 de Deck, 3 de Usman Garuba… y los 2,5 que tendrá que desembolsar Guerschon Yabulese para fichar por los Philadelphia Sixers.
Las cuentas no son exactas, porque algunos de ellos han renegociado las condiciones, pero aportan una idea de la recolecta, una media de dos millones al año. La ganancia no acaba ahí, porque en ciertos casos el Madrid ha reabierto la puerta para recibir en un vuelo de vuelta a varios de esos jugadores. Ha ocurrido con el Facu y con Gaby Deck. También con el Chacho, aunque él después de cinco años por Europa. Y va a pasar esta temporada con Garuba, cuyo retorno fue anunciado el pasado martes, solo dos días después del adiós de Yabusele. Incluso ha tenido la oportunidad de recuperar a otros ex como el propio Mirotic y Willy Hernangómez, pero en ambos casos, sencillamente, no quiso hacerles hueco, y ambos tomaron el Puente Aéreo a Barcelona. El Madrid se acopla al mundo NBA, no le queda otra. Pero al mismo tiempo hace negocio.