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El Madrid equivoca su defensa

El debate sobre si era un accidente o un aviso la derrota ante el Leipzig quedó clarificado en el siguiente partido. La actual caída competitiva y futbolística del Madrid es verídica. En el Bernabéu sesteó ante un gran Girona y se le escapó una victoria que seguramente daba por contada. Se quedó sin aparato defensivo, a merced de las posesiones de calidad de un rival más que atractivo como es el equipo de Míchel. Quiso ganarlo a golpe de calidad e inspiración individual, y así siempre uno está más cerca del patinazo que de la aprobación. El Madrid se desactivó en la presión, dejó demasiados espacios entre líneas y se abandonó en el retorno a campo propio. La distancia entre los centrales y Camavinga, bien con balón, se hizo excesivamente grande y las apariciones interiores de Yangel y Aleix García, uno de los futbolistas de esta Liga, abonaron al sufrimiento a los de Ancelotti. Bajo el mandato de Oriol Romeu, el Girona se juntó dentro y equivocó a un Madrid que saltaba a la presión descompensado y sin convicción. Castellanos sacó de zona a Rüdiger y Alaba, Valery le ganó la mano a Carvajal y los cambios de Míchel trajeron mayor fortuna a su equipo en relación a los que hizo el entrenador italiano. Nada diferente se vio en un Girona cuya imagen no se ajusta a los puntos que tiene. Juega mejor de lo que dice la clasificación.

El Madrid no fue capaz de corregirse durante todo el partido. Ni tan siquiera la relativa tranquilidad que le debería haber dado el gol aislado de Vinicius le ayudó para encarar con mayor dignidad táctica el envite del Girona. A Kroos y Modric les faltó el concierto de otras veces, Rüdiger estuvo más que errático y la zona del área nunca fue protegida con el rigor que merece. En ataque tampoco le fue mejor al Madrid, parapetado el bloque de Míchel cuando tocaba en un 1-5-4-1 retrasado que negó las transiciones blancas. Sin Vinicius a su nivel habitual, lo tuvo fácil para neutralizar a un equipo que no tuvo un plan frente a un rival que sí lo tenía. El trabajo de Míchel obtuvo la recompensa.

Vacío en el medio

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Las salidas verticales del Girona delataron la mala conducta posicional del equipo blanco. Gazzaniga conecta en largo con Valery, en uno contra uno ante Carvajal, y nadie del centro del campo se percata de la libertad entre líneas de Yangel.