El Madrid de África y el del mundo
No habrá entre los hinchas de Al Ahly ninguno que pueda echar en cara algo a sus jugadores. La goleada con la que concluyó la semifinal del Mundial no refleja el buen carácter competitivo que tuvieron los egipcios. Son los grandes dominadores del fútbol africano. Los reyes de su Champions. Con ese espíritu imperturbable se rehicieron de un 2-0 en contra y llegaron a meter el miedo en el cuerpo al todopoderoso Real Madrid. Sólo una genialidad entre Ceballos y Rodrygo les derrumbó definitivamente. Hasta llegaron a rozar el empate en varias ocasiones que se fueron al limbo o se encargó de disipar Lunin.
En África consideran muchos que está el futuro del fútbol. Quizá sea osado decirlo. Hay trabajo por hacer, pero Al Ahly es el ejemplo de que hay mimbres para lograr cosas importantes. La pasión de sus hinchas es extrapolable a la de cualquier club grande del planeta. Los derbis con Zamalek se viven como los mayores Clásicos y no tienen nada que envidiarles. Figuras como el extécnico Pitso Mosimane, toda una leyenda, contribuyeron al crecimiento como club y a su explosión definitiva. Hay jugadores internacionales y carismáticos que quizá tienen en El Shenawy a su mejor exponente. No les alcanzó para protagonizar la mayor hazaña de su historia, pero tampoco estuvieron tan lejos como dicta el marcador. Su grandeza no la afea ni esta derrota.