El Madrid afronta el derbi repleto de confianza
Derbi. De este tipo de partidos siempre se dice que no importan las dinámicas previas, ni los estados de forma, o que, incluso, puede servir como punto de inflexión para alguno de los contendientes que se enfrentan. Es evidente que lo emocional influye de gran manera sobre las personas y los colectivos, y precisamente eso es lo que hace que estos choques de máxima rivalidad sean especiales y de difícil predicción. La realidad futbolística es muy diferente entre los dos grandes de la capital.
Un Madrid seguro. El equipo blanco llega con la barra de confianza al máximo. Todo hace indicar que esta temporada parece una continuación de la pasada en prácticamente todo, incluso me atrevería a decir que algunos de los jóvenes están ofreciendo mejores prestaciones de las ya buenas asomadas.
Sin Benzema. La baja de Karim, jugador franquicia, sobre el cual giran todos y todo en el ataque blanco, abría un interrogante que, por el momento, se está solventando con buena nota. Los merecimientos obtenidos en el verde nos cuentan que la línea ofensiva de Ancelotti debería estar integrada por Vinicius, Rodrygo y Valverde. Entre Rodrygo y Hazard, además del propio estado de forma y rendimiento de ambos, las características del brasileño, que para mí es un segundo punta que se ha tenido que buscar sus minutos en las bandas o de nueve, ya que su puesto ideal no existe en un 1-4-3-3, son más idóneas para suplir a Benzema que las del belga. Ocupa más frecuentemente y con más intuición las zonas de remate y rechace y es capaz, como demostró contra el Mallorca, que puede trazar esas conducciones endiabladas (muy del Hazard que fichó el Real Madrid) para asistir o finalizar. Fede se ha asentado por méritos propios en el extremo. Omnipresente, no para de crecer y cada vez hacer más cosas productivas para el equipo. Un valor seguro.
El Atleti enfrenta sus dudas. Por parte de los colchoneros detecto una cierta indefinición en su juego. Ni es ese Atleti campeón de hace dos cursos, donde el Cholo le dio la vuelta al calcetín en cuanto al estilo, propuesta e incluso sistema, y que yo pensaba que había llegado para quedarse, ni es esa roca defensiva de los primeros años de Simeone, sobre la cual costaba un mundo profundizar y hacer ocasiones.