NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El grito en silencio de Zubimendi y la falsa polémica del Getafe-Rayo

Decir tanto sin alzar la voz

Nada ha cambiado este verano para Martín Zubimendi (25 años) porque él ha querido que así sea. Su negativa a aceptar la oferta en firme del Liverpool y quedarse en la Real Sociedad es un éxito compartido de la clase media del fútbol. Por una vez, el chasco se lo llevó el equipo grande. Tampoco se han visto alterados su rendimiento y caché, disparado tras la final de la Eurocopa cuando jugó en el momento más difícil. Reemplazar a Rodrigo, el mejor jugador de España, como lo hizo solo está al alcance de futbolistas de máxima entidad. Zubimendi lo es, y no necesita hacerse notar para dejar constancia de su influencia. La Real llegaba tocada a Cornellà después del inesperado tropiezo ante el Rayo y precisaba del equilibrio, criterio y liderazgo silencioso de Zubimendi para imponerse al Espanyol. El mediocentro no solo dirigió a su equipo, sino que gobernó el partido demostrando un grado de jerarquía extraordinario. Es uno de esos sus futbolistas a los que la estadística no termina de hacer justicia, pero en este caso hasta los números revelaron el sobresaliente papel del mediocentro. Apenas erró tres entregas (63 de 66), formalizó once pases progresivos para romper líneas de presión y ofreció solidez y un posicionamiento exquisito en las coberturas para protagonizar diez acciones defensivas de éxito. Además, en términos también contables, su figura llenó el 52,1% del campo, una cifra que refleja su predicamento en la medular. En definitiva, Zubimendi desprende normalidad, sin caer en adornos inútiles. Se expresa igual dentro que fuera del campo, desde una sencillez que explica con meticulosidad su rechazo a la propuesta del Liverpool. Más jugadores así harían mejor al fútbol.

Cero tiros a puerta

Ha causado cierto revuelo el dato que publicó Stats Perform tras el Getafe-Rayo Vallecano. El partido acabó sin ningún disparo a portería después de una desafortunada actuación ofensiva de ambos equipos. Apostaron por el juego vertical -el 64% de los pases del Getafe fue de este corte; el 71%, del Rayo-, pero se olvidaron de la elaboración y se desempeñaron con precipitación. Aunque puso más de su parte el Getafe, se chocó contra la estructura compacta del Rayo, con el bloque defensivo en apenas 40 metros de distancia entre la primera y última línea. Así hubo pocas ocasiones, a excepción de los tímidos intentos de Sola o la buena oportunidad que disfrutó Trejo en el inicio del encuentro. Queda claro que el partido no funcionó como espectáculo, así como que hay que exigir más a los dos. Sin embargo, no debe ser utilizado para poner en evidencia a la Liga, como desde las redes sociales, donde el negocio del odio resulta tan productivo, se hace de manera interesada. En esta jornada ha habido grandes partidos y no se puede hacer de la excepción la norma.

Impacto inmediato

El Leganés ha amanecido con fuerza en su regreso a Primera a través de los goles de Juan Cruz (24 años). El extremo, que ya fue importante en el tramo final de la pasada temporada en Segunda, va de golazo en golazo. Y lo mejor es que su nivel de facturación no depende de lo que participe en el juego. Contra Osasuna sí que tuvo más presencia en el ataque, con cinco intervenciones directas en jugadas que acabaron en remate. Pero ante Las Palmas, suplente inesperado, no entró demasiado en juego y, aun así, le fue suficiente para fabricar un gol de absoluta belleza.

Normas