El foco en Djokovic
El primer gran torneo de la temporada sobre tierra batida ha arrancado un poco enrarecido para el tenis español. Por un lado está la baja de Rafa Nadal. El recordman de Montecarlo, con once títulos en su imponente palmarés, suma así su segunda ausencia consecutiva por lesión en uno de los torneos donde ha escrito mayor gloria, sin que tampoco haya ofrecido todavía ninguna pista sobre su futuro. Por otro, la incomparecencia de Carlos Alcaraz, que se cayó igual del elenco por problemas físicos, después de lucir en los dos primeros Masters 1.000 del año, con victoria en Indian Wells y semifinales en Miami. Sin ambos en el cuadro, y también sin Pablo Carreño, las aspiraciones españolas se han reducido a la espera de una sorpresa, como ocurrió en 2022 con Álex Davidovich, que se plantó en la final. Sin embargo, esta vez ha caído a la primera ante Karen Khachanov.
Así que, sin españoles a la vista, el interés se centra en cuestiones internacionales. Por ejemplo, en saber si Stefanos Tsitsipas, un brillante terrícola, es capaz de encadenar su tercera corona. Aunque el foco apunta, sobre todo, a Novak Djokovic, el número uno, que el año pasado sucumbió en segunda ronda, precisamente ante Davidovich, por lo que puede sumar un cerro de puntos en el Principado. El serbio reapareció este martes, 39 días después de su último choque oficial en semifinales de Dubái. Entre medias, no pudo competir en Estados Unidos, con la frontera anacrónicamente cerrada por la legislación anticoronavirus. Nole ha vuelto en la campaña de tierra, una superficie que no es su preferida, ni la que mejor domina, pero donde también es solvente, como demuestran sus dos títulos en Mónaco, otros tantos en Roland Garros, y seis en Roma. Su debut ha sido “una victoria fea”, en sus propias palabras, ante Ivan Gahkov, el 198º del mundo. La inactividad se nota. Pero se irá entonando. Seguro.