El extraño caso de João Félix y Mr. Hyde

Psicoanálisis. Pareció que João Félix arrancó la jugada casi a regañadientes. Pero lo que salió de su gambeteo y la consiguiente conducción fue un balón angelical a Raphinha que permitió que el Barça enderezase un partido contra Las Palmas que amenazaba con ponerse áspero pese a la inferioridad de los canarios desde la expulsión de Valles antes de la media hora. Sólo un ratito después, João falló el 2-0 por recrearse en un balón atrás de Koundé que sólo necesitaba un pie firme para embocarlo en el gol norte del Lluís Companys. Más allá de ese error, anecdótico, es un misterio este João Félix, un futbolista que parece envuelto en esa saudade que firmaría alguno de los heterónimos de Pessoa, y que juega ensimismado. Un jugador que esconde algo especial que el espectador siempre aspira a arrancarle cada semana, pero que difícilmente encuentra. Sus musas deben ser realmente especiales, pero el portugués debe hacer por verlas cuanto antes si aspira a seguir en el Barça la próxima temporada. Desde el próximo 10 de abril, tiene diez días perfectos, con el PSG y el Madrid de por medio, para conseguirlo.

Liga. El Barça regresó congelado del parón. Enchufado como se marchó después de dos partidos muy completos contra Nápoles y Atlético, se esperaba más y estuvo desapacible como la noche de Montjuïc. Pese a un inicio relativamente bueno, fue un equipo incapaz de desarmar a Las Palmas, que estuvo en el partido hasta el final, cuando Moleiro dejó boquiabierto a Ter Stegen…, pero el balón se marchó fuera. Con más o menos fútbol, Xavi podrá seguir defendiendo con argumentos que, desde que anunció su adiós el día del descarrilamiento contra el Villarreal, su equipo no ha vuelto a perder y apenas ha concedido dos empates (Granada y Athletic) en nueve jornadas. Eso sí, ya empieza a haber alguna voz, como la de Raphinha, que le da más importancia a la famosa barbacoa en la casa de Lewandowski que al anuncio del entrenador.... La Liga, es lógico, mira esta noche hacia el Bernabéu, donde seguramente esté la llave que abra o no el campeonato. El Barça se propuso llegar al Clásico a seis puntos para meter en un pañuelo el campeonato. Anoche durmió a partido y medio del Madrid; y eso ya es un mérito cuando hace apenas dos meses era un rascacielos en demolición. De momento, se ha mantenido en pie y hoy vivirá pendiente de que Valverde le devuelva el favor que hace un par de semanas le hizo el Barça en el Metropolitano, metiéndolo en puestos de Champions. Hoy sabremos si hay Liga.

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