El espectáculo de Noah Lyles
Nueve segundos y 784 milésimas. Es el tiempo que necesitó Noah Lyles para ser el nuevo rey del mundo, el campeón olímpico de 100 metros. El nervioso velocista de Florida, a los 27 años, ya tiene lo que ha reclamado desde hace tiempo: el protagonismo absoluto de la velocidad. “Quiero esa responsabilidad”, dice el estadounidense, que ha mostrado en Saint-Denis que lo tiene todo para ser el gran héroe del atletismo: un gran show y una capacidad competitiva extrema. En París no parecía el mejor en 100, pero las finales se ganan en esa espera previa en los tacos de salida. Y Lyles es un maestro en eso. Salta a la pista con brincos y gritos. Directo a comerse al público y a sus rivales. Una perfomance que puede ser un fracaso, pero que si sale bien es genial.
Lyles, que había sembrado dudas durante las rondas previas, se comió en la parte final de la carrera al jamaicano Kishane Thompson. La salida del estadounidense fue la peor(178 milésimas). A los 30 metros, ya iban a 40,6 kilómetros por hora los dos. Luego Noah alcanzó el pico de velocidad más alto. 43,6 kilómetros por hora. Llegó cuando iban 60 metros. Y eso es letal, porque cuando Lyles se pone en modo hipersónico ya es imparable, un tornado capaz de llegar hasta los 200 metros. Por 5 milésimas robó el oro a Thompson, la nueva promesa de la isla de la velocidad. Noah comenzó último y terminó primero en la foto-finish.
Son estos Juegos de París la prueba de fuego para Lyles, rodeado de focos y presión para ser la esperanza olímpica no solo aquí, sino dentro de cuatro años en Los Ángeles 2028. Adidas le ha hecho un contrato multimillonario, Netflix lo ha hecho protagonista de una serie y él mismo trabaja una personalidad extrovertida, que habla con todo el mundo que se pone delante.
Amigo de Snoop Dogg y el ‘everest’ de Bolt
Es buen amigo de Snoop Dogg y es capaz de presentarse en los Trials de Estados Unidos con un maletín en el que llevaba una carta de manga. En su celebración parisina hizo la ‘onda vital’ (kamehameha) de Goku en Bola de Dragón. Tiene conexión con el mundo anime, pinta, hace temas de rap, patina... Y, sobre todo, corre muy rápido.
Lyles es el primer campeón olímpico de 100 de Estados Unidos desde 2004, cuando en Atenas ganó el discutible Justin Gatlin. Se mantiene alejado de esa línea y es guiado Lance Brauman, el mismo técnico que dirige a Matthew Hudson-Smith o Wayde Van Niekerk. Su personalidad con alta actividad también se refleja en sus entrenamientos. Sesiones explosivas, con altas dosis de velocidad que, por supuesto, pueden verse en Youtube.
Con el oro de 100, el más estresante, Lyles se enfrentará ahora a los 200 metros. “Soy mejor ahí”, admite. Y sus tiempos hablan por sí solos. Corrió ya en 19.31, muy cerca de la plusmarca de Usain Bolt (19.19), el gran ‘everest’ en esto de la velocidad, el atletismo y el olimpismo. Lyles ha pedido el cartel de MC estelar del deporte como Snoop Dogg, que acompañó a Noah desde la grada del Stade de France.
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