El descanso de Muguruza
Garbiñe Muguruza ha reaparecido en nuestras vidas en los últimos días con dos declaraciones aparentemente contradictorias, aunque en realidad eran complementarias. La segunda llega a consecuencia de la primera. Una aclaración sobre su futuro, que se mantiene envuelto en una interrogante. “A día de hoy no tengo ninguna intención de volver”, dijo Muguruza en una entrevista en Women’s Health. Esta primera afirmación situaba a la jugadora más cerca de la retirada que de una pista de tenis, que no pisa oficialmente desde que perdió con Linda Noskova en Lyon el 30 de enero, hace 265 días. Garbiñe inició entonces un descanso indefinido que permanece sin fecha de regreso. Su segunda manifestación, en la Gala de Woman Sport, matizaba la primera: “¿Retirarme? Ni lo pienso”. Muguruza deja así una puerta abierta a su retorno al circuito, aunque aún se atisba como una posibilidad lejana: “Volveré cuando eche de menos la competición y quiera levantar de nuevo el puño”. De momento, ni siquiera tiene el tenis entre sus rutinas.
Después de entrar en una espiral de derrotas incomprensibles, de partidos remontados por rivales inferiores, Garbiñe optó por tomarse “un descanso de verdad”, que obviamente es más emocional que físico. La caraqueña ha tocado el cielo en el tenis, donde ha ganado dos Grand Slams, ha sido número uno mundial, se ha proclamado maestra en unas WTA Finals… Pero entró en una deriva de resultados que necesitaba soluciones. Ante la agobiante exigencia de la alta competición, que ha provocado sonados problemas de salud mental en los últimos tiempos, como es el caso de Naomi Osaka, o retiradas prematuras, como la de Ashleigh Barty, la española ha elegido el camino de distanciarse hasta reencontrar las motivaciones que le impulsen otra vez a competir. Otra cosa es que sea capaz de recuperar esa ilusión.
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