El clásico de una nueva era
El tenis mundial consolida su nueva era. La temporada 2024 ha apagado cualquier rescoldo que quedaba de la anterior, de una de las etapas más brillantes de la historia, las épicas batallas del Big Three a golpe de récord. Novak Djokovic, el más activo, ha ganado este año el oro olímpico, sí, la última joya que faltaba en su reluciente colección. Pero ya está. Se ha asomado poco por los grandes escenarios, salvo esa final en el All England que perdió de nuevo ante Carlos Alcaraz. Por primera vez desde 2002, los cuatro títulos de Grand Slam se los han repartido otros. En concreto, entre dos: Roland Garros y Wimbledon, para Alcaraz, y Open de Australia y US Open, para Jannik Sinner. Son los nuevos reyes del circuito. Líderes de presente y futuro.
Su dominio tiene que deparar también, inevitablemente, vibrantes duelos directos, como el que les enfrentó este miércoles, atípica fecha tenística, en la final del China Open. El murciano decantó el pulso en un apasionante partido que se alargó a tres sets, con dos desempates, y alcanzó las 3 horas y 21 minutos. Ganó Alcaraz, porque solo podía ganar uno, pero los dos mostraron su excedente de calidad, que crecía con la exigencia del rival de enfrente. Nadal, Federer y Djokovic, los inolvidables miembros del Big Three, siempre reconocieron que la competencia con los otros dos mejoró sus prestaciones. Sinner y Alcaraz han emprendido un camino similar. El choque de Pekín sacó lo mejor de cada uno, con golpes e intercambios imposibles, o locas remontadas. El italiano neutralizó el 4-1 con el que arrancó Alcaraz en la primera manga. El español encadenó un 7-0 en el tie-break final tras comenzar perdiendo 0-3. Solo la motivación que alimenta un rival igual de talentoso conduce a superar los límites. Carlitos lidera el cara a cara por 6-4. También en coronas de Grand Slams: 4-2. En títulos van empatados: 16-16. El tenis mundial tiene nueva era. Y nuevo clásico.