El ‘chipriotazo’ venía sellado desde Nantes

Clemente no dejaba indiferente a nadie. El trincherismo mediático nos llevó a la ruptura (deportiva) de las dos Españas. Los clementistas le perdonaban hasta la propina. Los anticlementistas parecían desear debacles como la acontecida en Larnaca hace justo 25 años. En el medio estábamos los patriotas, que queríamos ver ganar a España como fuera a pesar de no comulgar con el terremoto de Barakaldo. En realidad, su adiós estaba cantado desde meses antes, con aquel infame estreno en el Mundial 98 en Nantes, cayendo ante Nigeria (2-3) con una actuación calamitosa de Zubi, autogol incluido.

Villar prefirió ser fiel a la presión de las Territoriales y lo mantuvo en el cargo, lo que no sirvió de mucho. El desgaste era tremendo y la afición necesitaba aire fresco. El que aportó José Antonio Camacho cuando aterrizó al rescate. Clemente podría haber llegado más lejos si no llega a ser por el ruido que se generaba en cada una de sus apariciones públicas. Sus hombres mataban por él y eso habla a favor de un seleccionador. Pero el destino fue tan cruel que en Chipre se desplomó en su noche más valiente, con cinco delanteros...

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