El campeón de los terrestres

Julià Márquez, el padre de las criaturas, definía con tino, sin contener la emoción, el desenlace del Mundial de MotoGP ante la libreta de Mela Chércoles después de confirmarse en la esprint de Malasia el subcampeonato de su otro hijo y el doblete de los dos hermanos: “Ya le dije un día a Álex que Marc es el campeón del mundo, pero es extraterrestre, y que él es el campeón del mundo de los terrestres, que lo tuviera claro”. Efectivamente, el rendimiento de Marc Márquez ha sido galáctico en la presente temporada, con el título confirmado en Japón a falta de la celebración de cinco grandes premios, pero Álex también se ha subido sobrado a ese segundo peldaño, en su caso a falta de tres carreras largas.

Este ha sido claramente el Mundial de los Márquez, cada uno firme en su escalón, porque desde la cita inaugural en Tailandia, allá por marzo, siempre han ocupado las dos primeras plazas, sin que ningún rival haya sido capaz de inquietar a la pareja. De hecho, el único que ha desbancado del liderato a Marc durante el desarrollo del Campeonato ha sido el propio Álex. No ha habido más alternancia. El mérito del menor se multiplica por el hecho de que, además, ha quedado por delante de la otra Ducati oficial, la de Francesco Bagnaia, y de otros pilotos oficiales sobre la montura de su Gresini. Hay motivos de fiesta para los Márquez Alentà, sin duda. Solo equiparables, si acaso, a los años 2014 y 2019, cuando Marc reinaba en MotoGP a la par que su hermano se coronaba en Moto3 y Moto2, respectivamente. Otra forma de completar un doblete. El dato conviene recordarlo cuando se ha cuestionado la calidad de Álex Márquez, que es bicampeón del mundo sin que nadie se lo haya regalado y, desde este fin de semana, también subcampeón de la categoría reina. El campeón de los terrestres.

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