El Barça y la línea Maginot

“¿Y quién protege los flancos en nuestro avance?”, preguntó Von Rundstedt a su estado mayor ante la propuesta de romper la línea Maginot con un ataque frontal en un solo punto. “Nuestra velocidad”, respondió Guderian. Semanas después, los blindados alemanes rebasaban la artillada defensa francesa defendida por un millón de hombres. Cada vez que quisieron plantear batalla, las tropas galas llegaban tarde a la cita y los carros de combate enemigos ya había pasado camino de París, que se rindió sin condiciones.

El Barça de Flick también tiene su línea Maginot, y en la velocidad de su rival tiene su talón de Aquiles. Está colocada, como la muralla francesa, muy adelantada, y ya van varios partidos en los que muestra unas enormes grietas en sus costados, por donde se cuela el ejército rival hasta ocupar su portería como hicieron los alemanes con la capital de Francia.

En Balaídos se volvió a poner de manifiesto la lentitud de maniobra de la tropa de Flick. Me recordaba a la defensa de Cruyff con Aloisio por el centro antes de cambiar a su línea Maginot y construir el Dream Team sobre el eje de Koeman. El alemán debe ser consciente de que ya no tiene a Íñigo Martínez para fijar al rival en su propio campo, en el bosque de las Ardenas. Tras el empate del Madrid, el Barça vuelve a depender de sí mismo para ganar la guerra, pero para ello deberá ganar también cada batalla.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí