El Barça, de Lamine a Grant Thornton

Artistas. La semana que acabará esta noche contra el Sevilla ha tenido de todo para el Barça, un club abierto las 24 horas que por días se vuelve una jaula de grillos, pero que también se proyecta al mundo a través de las artes. El jueves se anunció que Coldplay irá en el pecho de la camiseta del Clásico; y un día antes se presentó el cartel del 125 aniversario. Después de Miró para los 75 años y Tàpies para el Centenario, ahora ha sido Miquel Barceló. En eso, sí es Més que un club. Pero volvamos al inicio de la semana y vayamos a otro artista, Lamine. A sus 17 años, ya puede avistarse que la gestión de su era en la Selección no va a resultar sencilla. Seguramente, no haya habido nunca un jugador español con un potencial así a su edad. Barcelona y RFEF andan a tirones con el futbolista; y eso no suele acabar bien. Laporta se cebó en los medios del club sin razón con De la Fuente, que en Barcelona es considerado un sospechoso habitual por el exceso que cometió con Pedri en los Juegos de Tokio, la grave lesión de Gavi el año pasado; e incluso la más liviana hace unas semanas de Fermín. Pero el seleccionador no ha estado bien en sus declaraciones. Es lógico que defienda que el fútbol debe jugarse al límite y que acostumbre a eso a Lamine, porque así debe ser, y así ganó este verano la Selección la Eurocopa. Pero le sobraron los “besos” y el “flower power”. Y tampoco hiló fino cuando, para defender los minutos de Lamine, sacó a pasear que Maradona o Messi lo jugaban todo. Con 17 años, a Maradona se lo cargó Menotti del Mundial de su país. Y con 19, Messi no fue, ni de lejos, indiscutible, en el de 2006. De momento, la nueva agencia de representación del seleccionador no ha hilado fino en la comunicación. Ni en ese, ni en otros mensajes, fue el De la Fuente sensato de la Eurocopa.

Asamblea. Y mientras todos esperan para ver qué hace Flick esta noche (si Lamine es titular seguirá el ruido), Laporta salió triunfador de la Asamblea. Las salvedades a las cuentas de la auditora Grant Thornton, y los movimientos de la oposición no le hicieron ni cosquillas. Víctor Font, segundo en las anteriores elecciones, ha multiplicado sus apariciones públicas; y el jueves se presentó en sociedad Som un Clam, un grupo liderado por Joan Camprubí, con el pedigrí de ser nieto y bisnieto de presidente del Barça (Montal i Costa y Montal i Galobart). “Ni están ni se les espera”, les atacó con fino populismo. Sabe que tiene un buen combo: el nuevo Spotify Camp Nou y una regeneración deportiva basada en La Masia. Si la pelota le sigue entrando, es una fórmula indestructible.

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