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El ‘Baby-Barça’ deja tocado al Atlético

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Resultado rotundo, quizá excesivo, en el Metropolitano, un 0-3 que eleva la credibilidad del Barça y coloca al Atlético en un incómodo quinto puesto. Más que incómodo, casi tétrico. El plan económico del club rojiblanco sólo se sostiene si cada año juega la Champions. Tal como están repartidas las cartas, damos por seguro que siempre estarán el Madrid, el Barça y el Atlético y un cuarto en discordia, que va rotando. Pero esta vez se ha colado el Girona, que aunque flojea mantiene una buena ventaja, y por detrás empuja el Athletic en ese papel clásico de cuarto en discordia. Empuja tanto que de repente el Atlético se ve quinto, y con sudores fríos.

El caso es que los rojiblancos empezaron bien, presionando arriba y atorando a un Barça que no sabía por dónde salir. Al Atleti todo se le iba luego en barullos en torno a Morata en el área, pero con tal dominio el gol parecía cosa de tiempo. El Barça dio un primer susto, con un gran pase de Cubarsí a Fermín, y poco después marcó en su segunda salida seria, con una preciosa combinación Gündogan-Lewandowski-João Félix, coronada por el portugués, él tenía que ser. No hizo gran cosa en el resto del partido, salvo lucir palmito, pero ese gol fue importante. El Atlético lo acusó más de la cuenta, perdió el control del juego y se le fue el partido.

Con Xavi, incorregible en sus protestas, expulsado, el Barça jugó un buen segundo tiempo a favor de obra. Duplicó pronto su ventaja por medio de Lewandowski gracias a un regalo de De Paul a Raphinha, y luego se recostó para lanzar contraataques. El Atlético hizo cambios, atacó furioso, pero no dio con el gol. Alguno mereció, pero a costa de tragarse contraataques muy claros, que también pudieron dar más fruto que el gol de Fermín, buen llegador. El Barça ya es segundo y tiene derecho a soñar con un imposible derrumbe del Madrid. Al Atlético le esperan nueve jornadas angustiosas para salvar lo principal. ¡Ah! Y lo de João Félix no tiene remedio.