Fiesta. Dos horas antes del partido, la afición del Arenteiro comenzó a entrar al estadio. La visita del Atlético ha supuesto una jornada histórica para el club gallego y la gente quiso disfrutar del encuentro desde mucho antes del inicio. Las gradas se llenaron y se repartieron unos gorros navideños de color verde para dar más colorido al choque. Pero hubo susto. os horas antes del mismo apareció una densa niebla sobre Espiñedo. Desde el medio campo apenas se veían las porterías y la amenaza de suspensión planeó sobre la eliminatoria. Cuando llegaron los jugadores locales, el estadio se vino abajo. Fueron recibidos con petardos y el humo aumentó la sensación de tiniebla en el campo. El Arenteiro hizo acto de aparición sobre el terreno de juego y el grito de la hinchada gallega fue unánime: “Sí, se puede”. Todos puestos a soñar con la machada ante los de Simeone. El Atlético llegó hora y media antes, justo cuando la niebla ya había desaparecido.
Pasión. Cerezo sufrió lo suyo en el palco. No muy lejos se sentaron Andrea Berta y Tomás Reñones. La plana mayor del Atlético, una muestra de la importancia del encuentro. La grada empujó de lo lindo y el estadio enloqueció con el 1-0. El ‘sí se puede’ se multiplicó, aunque la alegría duró poco. Entonces los gritos fueron contra González Fuertes. La sonrisa fue a parar al sector de los aficionados del Atlético, pocos pero que se hicieron notar en Espiñedo. El sueño del Arenteiro seguía en pie al descanso. Fútbol de verdad, pasión a raudales en las gradas y bocadillos antes de comenzar el segundo tiempo. Fue el único respiro que se tomaron los seguidores locales.
Sufrimiento. La afición local no cesó en su empeño de contribuir a protagonizar la hazaña. González Fuertes ya será considerado enemigo público por estas tierras y Morata, un amigo. El fallo del penalti del internacional metió aún más a los locales en el encuentro, No hubo lluvia, como se preveía, aunque el césped fue empeorando conforme pasaron los minutos. El gol de Barrios devolvió a la realidad al Arenteiro, aunque el conjunto gallego siguió peleando hasta el final.
Futuro. El Atlético pasó, cumplió el objetivo y seguirá soñando con la Copa. El Arenteiro puede estar orgulloso. Su presidente estaba convencido de eliminar al Atlético. No lo hizo, pero el fútbol español sabe que los del Cholo las pasaron moradas para dejar en la cuneta al equipo de O Carballiño, la capital mundial del pulpo. Carrasco puso el 1-3 pero eso ya fue lo de menos. La afición despidió a su equipo con aplausos. Simeone, Cerezo, Berta y Reñones respiraron. Barrios, el canterano de gran futuro, guio al Atlético a un triunfo vital. El equipo madrileño se centra ahora en LaLiga y espera que vuelvan sus últimos internacionales. Simeone espera poder cerrar con un triunfo el año y comenzar 2023 ofreciendo mejor fútbol. A falta de fichajes, los canteranos deben darle alegrías a este equipo.