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Detrás tenemos un problema

El Madrid lleva semanas con el debate de si debe o no volcarse para fichar a Mbappé ahora, pero en realidad lo preocupante es la fragilidad defensiva. Ocho goles encajados en la gira americana (tres del Barça, tres de la Juve y dos del Milan) reflejan unos desajustes en el juego corrector que vienen desde la medular y Ancelotti debe corregir, porque si no, a lo largo de la temporada acaba pasando factura. En ataque el Madrid se desmelena con las entradas por las bandas, sobre todo de Fran García, consolidado en el costado izquierdo, y un Vinicius excelso que en Orlando volvió a ser un futbolista de dibujos animados. Pero no basta con las diabluras de Vini.

La cuestión es que el Madrid en cada partido regala un par de goles y empieza a ser tema de estudio. No olvidemos que los ocho jugadores que forman la defensa son internacionales, pero es evidente que a la vuelta de las vacaciones no han llegado con la frescura con la que terminaron el curso pasado. Ancelotti, un amante del fútbol corrector y las coberturas como base para un buen equipo en ataque, está preocupado y sabe que los cimientos de la casa tienen que empezar por abajo, por la zona de cobertura de Courtois, que también está acusando el bajo ritmo de la pretemporada.

Al menos, en Orlando me quedo con el maravilloso pase picassiano de Kroos a Vinicius y la definición magnífica del brasileño que es, con diferencia, el MVP de este equipo. Pero lógicamente las dos derrotas seguidas, ante Barça y Juve, han apagado la euforia inicial, tras la victoria ante el Milan y el partidazo frente al United. Queda mucho trabajo por delante, pero será inevitable que de aquí al 31 el debate de Mbappé se avive. Las derrotas obligan a reabrir los sondeos entre la afición madridista, muy dividida en torno a la llegada del francés a cualquier precio. Pero si todo sigue como tras las derrotas ante Barça y Juventus, veo venir un tsunami pidiéndole a Florentino que tire de chequera y se traiga ya a Kylian para el Bernabéu...

PD: es increíble que el penalti cometido sobre Rodrygo, al menos 40 centímetros dentro del área, fuera sacado de la misma, convirtiéndose en una simple falta. Con VAR o sin VAR, está claro que el Madrid está gafado con los arbitrajes.