Deslumbraban con 17 años, son solventes con 21
Los jóvenes tienen más trabajo esta temporada en el fútbol europeo, curso interminable que comenzó en agosto de 2022 y para los jugadores de la Selección Sub-21 terminará la próxima semana, entrado julio, si disputan la final del Europeo. Por medio, los cuartos, que se jugarán este sábado, después del extraño partido contra Ucrania. Clasificados en la primera ronda, los dos equipos se abastecieron con los suplentes habituales. Sancet fue el único titular de los dos encuentros anteriores. Ucrania sólo se abasteció con dos titulares. Sin embargo, la victoria ofrecía premios considerables: mantenerse en Bucarest y no moverse a Georgia, al lado opuesto del Mar Negro, y encontrarse en cuartos con un adversario más amable. Nada de Inglaterra o Francia. Al fondo, una de las tres plazas en los Juegos Olímpicos. Francia la tiene asegurada.
Tres partidos han confirmado que España es una potencia solvente en las categorías más jóvenes del fútbol. Gana los torneos o alcanza las finales con una facilidad pasmosa, en casi todas las escalas, de la Sub-17 a la Sub-21. Varios de los integrantes del equipo actual han sido campeones de Europa Sub-19 y finalistas en el Mundial Sub-17, derrotados en aquella ocasión por los ingleses, con Phil Foden al frente. Aquellos días nos descubrieron a una generación que prometía grandes aventuras: Sergio Gómez, Ferran Torres, Miranda, Abel Ruiz y Guillamón, entre otros.
Han pasado seis años desde aquel Mundial, no sin éxitos de la generación que ahora se ocupa del destino de la Selección Sub-21 en el Europeo. España ganó el Europeo Sub-19 y varios de sus jugadores asomaron muy pronto en el fútbol profesional. Su cotización subió como la espuma. Sergio Gómez abandonó el Barça para enrolarse en el Borussia Dortmund, antes de comenzar un circuito que le llevaría posteriormente por el Huesca, Anderlecht y Manchester City, donde juega en el lateral izquierdo, posición insospechada cuando lideraba al equipo desde la media punta.
Ferran, Abel Ruiz y Guillamón jugaron pronto en la Selección absoluta, pero no han estabilizado su peripecia en el fútbol. Ferran y Guillamón acudieron con España al reciente Mundial de Qatar, pero la participación del extremo ha sido cada vez más residual en el Barça y no ha vuelto a las convocatorias de la Selección. Guillamón es suplente en la Sub-21. Miranda atravesó malos tiempos después de salir del Barça y jugar en la Bundesliga. En el Betis ha emprendido la recuperación, adiestrado por Pellegrini, cuya influencia es tan o más visible en Rodri, otro juvenil prodigioso que parecía estancarse. El técnico chileno está haciendo de Rodri un Cazorla 2.0. De extremo habilidoso a jugador de largo alcance.
En edades tan tempranas, el fútbol gira como peonzas la vida de los jugadores. Aquel equipo de virtuosos que ganó el Europeo Sub-19 y fue finalista del Mundial en 2017 presenta muchos de los mismos nombres, ahora con pronósticos muy diferentes sobre su futuro. Todo indica que estamos ante una cosecha sólida, pero no espectacular, sin futbolistas destinados a dar pronto una patada a la puerta para entrar en la Selección.
Rodri y Miranda han destacado. Abel Ruiz salvó los muebles de España en el partido contra Ucrania. Ingresó por Camello en el segundo tiempo y marcó el gol del empate con clase y serenidad. De la cantera del Valencia pasó a la del Barça. De allí al Sporting de Braga, donde no acaba de explotar como goleador. Alrededor de Rodri, Sancet y Álex Baena, España construyó sus victorias sobre Rumanía y Croacia en los dos primeros partidos. En la izquierda, Miranda ha jugado con soltura y profundidad. La aparición más interesante ha sido la de Jon Pacheco, el central zurdo de la Real Sociedad. Juega en la posición que ocupa Le Normand, el nuevo internacional español, pero todos los indicadores ofrecen garantías de futuro a Pacheco: excelente estampa, seguro con el balón –al menos en los niveles Sub -21–, atento, anticipador y poco ruidoso. Un excelente proyecto de central.