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Desde París el parcial es de 10-0

El Madrid no hace ruido, no se mira al ombligo diciendo que bien jugamos al fútbol y, a pesar de que gana un día sí y otro también, sigue a lo suyo y sin darse importancia. Lo seguro es que hasta la fecha ni el Barcelona de Lewandowski y las palancas milagrosas, ni el PSG de Mbappé, Messi, Neymar y Ramos, ni el Bayern de Mané, Sané y Musiala, ni el Milan de Leao y Brahim, ni el Inter de Lautaro y Lukaku, ni el City de ‘Terminator’ Haaland, ni el Arsenal de Gabriel Jesus y Odegaard... Todos han sufrido algún pinchazo en este primer mes de curso... menos el Madrid de Ancelotti.

El 6 de 6 en Liga tiene un mérito añadido al haber jugado cuatro de esos seis partidos lejos del Bernabéu a causa de las obras. Y en su santuario tumbaron a un Betis que hasta la fecha se había mostrado intratable. Además, en Europa han mantenido la racha triunfal ganando sin fisuras la Supercopa de Europa al Eintracht, en Helsinki, y en la fase de grupos de Champions al Celtic, en Glasgow, y al Leipzig en casita. Un 9 de 9 imperial en lo que va de temporada que augura otra gran faena con vuelta al ruedo incluida.

Y hay que tirar más para atrás. El 28 de mayo la tropa de Ancelotti derrotó en Saint-Denis a un Liverpool que llegaba como favorito. Con ese gol de Vinicius arrancó una etapa triunfal que va por un 10-0 de parcial, equivalente a los diez triunfos consecutivos que acumulan los blancos desde aquella noche mágica en París. No es baladí. El ‘no’ inesperado de Mbappé podía haber provocado un bajonazo en el proyecto deportivo y ha resultado justo al revés. El vestuario y Ancelotti son una piña indestructible. Merci, Kylian.