Enero es el mes por excelencia del balonmano. Millones de espectadores siguen desde la televisión las hazañas de los Hispanos, que suelen convertir lo extraordinario en rutina, logrando subirse con asiduidad a podios mundialistas y continentales. Incluso en citas olímpicas, como en la última de Tokio. Todo eso no es flor de un día. El trabajo de base en el balonmano español es encomiable, con conquistas y títulos que luego se trasladan a los mayores. El mayor ejemplo fue el Mundial juvenil del pasado verano, en el que España derrotó a la siempre rocosa Dinamarca, sea en la que categoría que sea, y logró un hito nunca visto para el balonmano nacional.

No fue más que otro paso de gigante tras ganar el Europeo del año anterior. La confirmación de que hay que seguir estos nombres de cerca, que el futuro es halagüeño… y, para algunos, también el presente, como es el caso de Petar Cikusa. Con 18 años recién cumplidos pega el gran salto y está en la lista de los Hispanos para el Europeo de Alemania del próximo mes. Entre los 20 habrá dos descartes, y Cikusa no tiene asegurada su presencia en la cita alemana, pero a buen seguro que será una experiencia que le marcará. Es el caso más llamativo, pero no el único, porque en próximas listas es probable ver a su hermano, Djordje, Aja, Pisonero, Barrufet… Los Hispanos siempre se reinventan desde la base.

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