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Del grito de Aitana al lamento por Ricky

Bonito amanecer. España despertó con un grito de Aitana Bonmatí desde Nueva Zelanda. La Selección se quitó en Auckland los fantasmas de la dolorosa derrota contra Japón, y de su historia negra en los cruces en las grandes competiciones, con un partido formidable ante Suiza que devuelve el optimismo para lo que resta de Mundial. Volveremos a Aitana, pero a Jorge Vilda hay que darle un buen trozo de la victoria. Para empezar, prescindió de Misa y apostó por Cata Coll. La herencia de las 15 ha generado situaciones rocambolescas como que la suplente de Sandra Paños en el Barça sea titular en los octavos de final de un Mundial. Hubo más de Vilda. Oihane entró en el lateral derecho y Ona Batlle pasó con éxito a la izquierda. Además, y en una decisión poco políticamente correcta, se la jugó también con éxito sin Alexia ni Mariona. Mandó a la izquierda a la atleta Sandra Paralluelo, ganó gol con Alba Redondo y retrasó con mucho tacto a Jenni, que a sus 33 años ha perdido velocidad, pero no toque ni creatividad. Tere no es Patri Guijarro, pero es una escudera perfecta para Aitana. Y es aquí donde volvemos a Bonmatí, que a sus 25 años, y después de 14 en el Barça, empieza a recoger los frutos de una carrera bien trabajada desde que impresionó al club azulgrana en un torneo veraniego en Tàrrega. Valorada, pero a la sombra de Alexia durante algunos años, esta temporada le tocaba colgarse galones y lo ha hecho. MVP de la segunda Champions del Barça, ya ha sido elegida mejor jugadora en dos partidos de este Mundial; y si el equipo le sigue ayudando, saldrá del torneo como favorita al Balón de Oro.

Amargura. El sábado, sin embargo, no fue redondo. La FEB hizo de interlocutora para hacer llegar un comunicado de Ricky Rubio en el que anunciaba que no estará en el Mundial porque detiene “la actividad profesional para cuidar la salud mental”. La ausencia del base de El Masnou, MVP del Mundial de 2019, es un golpe durísimo. Ricky siempre ha sido un jugador de una sensibilidad especial. A los últimos Juegos ya fue de milagro. “¿Estoy a tiempo todavía de ir?”, le preguntó a Scariolo justo antes de que se hiciera pública la lista. Persona emotiva, con una maravillosa Fundación que recientemente arrancó un precioso proyecto (I am ready) que hace más llevaderas sesiones de radioterapia a críos de entre 3 y 14 años, no se veía, por lo que sea, en Indonesia y Filipinas este verano. Y como la salud es lo primero, manda Ricky. El ‘Scariolo Lab’ ya echa humo para suplirlo. Y de ahí suelen salir grandes cosas.