Del fiasco al fracaso: el Atlético vuelve a las peores dudas
Los números del Atlético al final de la liguilla esta vez no te dan ni para maquillar tu participación en la Champions. Sacar cinco puntos en seis encuentros ante equipos con menor músculo económico te manda del fiasco al fracaso. En O Dragao se vio otra escenificación del repertorio rojiblanco por Europa. Es preocupante ver que, a pesar de juntar a Saúl, De Paul y Witsel por delante de Savic y Giménez, en los primeros 45 minutos te superaron en todos los duelos. Cualquier rechace y cualquier desmarque a la espalda de los centrales era ganado por un jugador del Oporto con holgura. Los Otávio, Taremi, Evanilson y Eustaquio jugaron siempre teniendo dos metros y dos segundos para controlar y girar.
Chocaba ver que un partido que, por diseño, tenía que ser áspero para el rival, se convirtió en un camino de rosas para los de Conceição. Los portugueses aprovecharon su intensidad y su chispa para resquebrajar el entramado defensivo con demasiada facilidad. Es preocupante volver de nuevo a las andadas. Después de donde se venía, los partidos ante Athletic, Sevilla y Betis parecían la vuelta de un equipo con las ideas claras, pero la forma de las derrotas en Cádiz y Oporto, irreconocibles para ser un equipo de Simeone, hacen que de nuevo se instalen las dudas en un vestuario que tiene que demostrar que va a muerte con su entrenador.
Habrá quienes, con argumentos más sólidos que otros años, pongan en tela de juicio el calado del mensaje de Simeone, algo de lo que yo no dudo en absoluto. Es cuestión de confianza. Creo en su capacidad y en la fuerza que demostró en la rueda de prensa, una energía que va necesitar para levantar a un equipo que no termina de sacudirse este mar de dudas.