De vuelta al dentista

El Getafe ha construido un equipo con alma. Un equipo que pelea, que corre, presiona, lucha y pone en apuros a cualquiera. Y cuando digo cualquiera, incluyo un Real Madrid que le multiplica por 20 el valor de la plantilla. Pero a pesar de todo, ahí estuvieron los soldados de Bordalás para aportar su granito de arena. Cuando las piernas no daban, el alma corría. Cuando con dos expulsados parecía imposible, la tuvieron en el descuento para empatarlo.

Este equipo sabe sufrir y, sobre todo, sabe hacer sufrir a los rivales que pasan por el Coliseum. Esta vez la lucha no fue suficiente para quedarse con parte del botín, pero sí una primera piedra que marca la ruta que debe seguir el Getafe para lograr el objetivo. Su casa debe convertirse en el dentista que fue hace unos años y que durante 90 minutos volvió a relucir ante el Real Madrid. Ahí, y solo ahí, está el camino azulón.

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