De la Fuente y el asunto Lamine

Controversia. En el Barça sentó mal que Lamine jugase los 90 minutos del partido contra Serbia siendo, curiosamente, el único que había pedido hacerse unas pruebas físicas antes de viajar a Belgrado. No se sentía del todo seguro porque arrastraba un golpe del partido contra el Valladolid. Luis de la Fuente explicó que el jugador es “inexperto en estas situaciones”, pero se le olvidó recordar que, hace un año, fue la RFEF quien lo llamó a filas para confirmar si realmente estaba lesionado en el psoas ilíaco de la pierna izquierda. Sólo entonces lo liberó. Ayer se excusó en que no puede hacer distingos, pero es que Lamine no es uno más. Ha sido el mejor jugador joven de la Eurocopa y nominado al Balón de Oro por méritos adquiridos con 16 años. Un elegido.

Precedente. En el Barça están que fuman en pipa porque no olvidan que, en 2021, De la Fuente convocó a Pedri para los Juegos después de una temporada infernal de más de 70 partidos de la que, parece, empieza a ver la luz tres años después. En noviembre pasado, el que se destrozó una rodilla (fortuitamente, pero con un polémico regreso al césped después de romperse) en Zorrilla fue Gavi; y sólo hace unos días que Fermín, el único futbolista profesional español que, junto a Baena, dobló y ganó Eurocopa y Juegos, se lesionó en el entorno RFEF... ¡con la Sub-21! Tres semanas de baja.

Enlace. Aquí no para nadie. Después de apenas 20 días de vacaciones, Lamine lo ha jugado todo (menos cuatro minutos) en el Barça con Flick. Gana partidos y los entrenadores quieren que sus equipos hagan precisamente eso. Pero es un exceso. El peligro de quemar al jugador, aunque parezca exagerado, está ahí. Jorge Mendes trabaja estos días para crear un caparazón muy potente con gente cercana que blinde a un chico que, según informó el pasado miércoles Sport, ha decidido dejar de vivir en La Masia, con todo lo que conlleva en un entorno difícil, como ha podido observarse recientemente. El Barça, sin embargo, no tiene quien le escriba desde la RFEF. Albert Luque, exdirector de fútbol que saltó después del Caso Rubiales, mantenía una relación estrecha con Masip, a su vez el consejero más íntimo de Laporta en el Barça. La comunicación está cortada. Y en uno de los vértices de ese triángulo explosivo está Lamine.

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