Me imagino a Paulo Futre sufriendo en el palco al ver el pobre juego del Atlético. El portugués se emocionó cuando la hinchada rojiblanca le homenajeó y coreó su nombre. Futre fue un futbolista único dentro y fuera del terreno de juego. Los que tuvimos la suerte de tratar con él sabemos cómo era el exjugador del Atlético. Futre, que no tendría precio hoy, seguro que lamentó las imprecisiones de los futbolistas del equipo de Simeone. Seguro que le dieron las ganas de vestirse de corto y romper el encuentro con alguna de sus cabalgadas. Pero el Atlético ya no tiene ningún Futre, aunque João Félix espera ser algo de lo que fue su compatriota. Veremos. Ningún rojiblanco rindió a su nivel, todos espesos, como nerviosos, a veces sin dar dos pases seguidos…
El partido lo arregló Griezmann, otro jugador estelar, uno de los mejores extranjeros en la historia del Atlético, tal y como sucedió con Futre. Dos jugadores de leyenda. Dos futbolistas grandes de verdad. Griezmann quiere realizar un gran año y volver a ganarse el cariño de la hinchada del Metropolitano. Futre, tantos años después de haberlo dejado, tiene el respaldo de todos los hinchas rojiblancos. El delantero francés busca ganarse de nuevo ese cariño. Lo logrará porque es un jugador excepcional y lo deja todo en el terreno de juego. Y parece que ha recuperado el gol. Con Griezmann en un buen estado de forma, el Atlético es capaz de todo.