Dani Olmo, un desafío común

Con los deberes hechos, sin intriga clasificatoria alguna, España se permitió algunos excesos que, si no afean del todo su brillante trayectoria, irrumpen como aviso. Bajar el nivel de tensión contra quien sea no es de recibo y comporta un efecto dañino importante. Las distancias, mal que nos pese, se acortan. Si Turquía pareció tan mal equipo en Konya fue porque la Selección lo quiso entonces así. En Sevilla, en cambio, la cosa fue bien distinta. El combinado de Montella se subió a las barbas de España en una segunda parte donde las desatenciones y la relajación colectiva seguro que no agradaron a De la Fuente. La Selección no se pareció a sí misma, entre evidentes síntomas de apatía.

En cualquier caso, incluso en una noche defectuosa, siempre se pueden arrancar conclusiones de presente y futuro. Cucurella ejerció con la agresividad que le caracteriza, Aleix se postuló como alternativa a su dura realidad que lleva por nombres Zubimendi y Rodrigo, Oyarzabal volvió a facturar y Dani Olmo fue Dani Olmo. La reivindicación personal del jugador del Barcelona se encuadra en un contexto complicado para él. Fue el único triunfo de España en el partido.

Olmo empezó en la banda izquierda, al igual que Baena contra Georgia, como falso extremo. La inteligencia para gobernar en espacios interiores, la facilidad y soltura que tiene para aparecer en la zona de finalización sin que nadie le detecte y la calidad con la que se maneja en la mediapunta alientan los recursos ofensivos de la Selección. Desde esa posición, promovió las incorporaciones de Cucurella, conectó con Fabián, Merino y Oyarzabal y se lucró con la profundidad de Llorente por la derecha para lucir en el carril central.

No solo adoptó ese rol. De la Fuente quitó a Merino en el descanso en favor de Ferran y Olmo pasó a actuar por detrás de Oyarzabal. Nunca paró de ofrecerse, aunque su presencia en esa zona coincidió con el decaimiento general de la Selección. Nada que deba inquietar del todo. De donde venía, Olmo dio un paso adelante y encontró el impulso moral que seguro que necesitaba.

Las dudas individuales, el malditismo con algunos problemas físicos y la alta competencia que afronta han rebajado su contribución tanto en la Selección como en el Barcelona. De la Fuente y Flick, enfrentados en las ruedas de prensa, tienen la obligación de volver a sacar jugo a un futbolista diferencial. El mediapunta es un lujo al que acudir cuando toque, utilizable en distintas posiciones y papeles, con dinamita en el remate. Olmo interpela a todos, también a él mismo.

Espacio para Cucurella

Aleix Garcia cambia de orientación el juego para la incorporación de Cucurella desde atrás. La posibilidad queda abierta por la posición interior de Olmo, ubicado entre líneas en el carril central.

Noticias relacionadas

Opinión

De la Fuente hila fino con la alineación

En Directo

Aleix: "Podemos ganar otro título en marzo"

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp.

¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí