Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Con orden, concierto y vitalidad

No hay partido sin mundo propio y lectura particular. El que jugó el Madrid en Cartagena, frente a la Deportiva Minera, club de una localidad de apenas 1.300 habitantes, dijo más de lo que parece sobre el equipo de Ancelotti. A simple vista resultó poco más que un entrenamiento frente a un rival que se desempeñó con gran entusiasmo y escasos recursos. La distancia fue abismal, pero ese dato ya preveía. Menos previsto fue la incesante actividad del Madrid desde el primer minuto del encuentro. Entró en el partido como un tren y no se detuvo hasta el final. No ha sido corriente este ardor durante la temporada.

Favorecido por un césped impecable, no disponible por muchos equipos de la Primera y Segunda Federación, que suelen hacer de la precariedad del campo su principal aliado en la Copa, el Madrid jugó con un nervio desconocido desde el comienzo. Varias de sus victorias esta temporada se han producido después de desperezarse por obligación, la última contra el Valencia, en Mestalla. En casi todos los empates y derrotas, ha pagado el precio de la suficiencia, las distracciones y la desorganización en la primera parte de los encuentros. En general, ha sido un equipo que se ha obligado a esfuerzos suplementarios por dejación de funciones en un buen número de partidos.

El Madrid goleó y exigió una fenomenal actuación del portero de la Deportiva Minera. Iba en la paga del encuentro. Probablemente no habría necesitado una actuación tan firme para marcar un número parecido de goles, pero sorprendió la constante vitalidad, la voluntad de presionar y quitar, de tomarse el partido con un rigor que no se esperaba. De repente, el Madrid identificó las ventajas de hacer las cosas bien y pronto, sin especular con la categoría del rival, con la ventaja añadida de no sólo de los tempranos goles, sino de la finura en el juego.

A partir del orden y el rigor, el Madrid disfrutó de la noche. Si el partido se pudo interpretar como un entrenamiento, fue un gran entrenamiento, de los que elogian los entrenadores y sirven para marcar el compás del rendimiento en el futuro. Desde hoy, en la Supercopa de España, le esperan rivales y partidos mucho más complicados, pero no hay duda de los enormes recursos del Madrid si juega con el vigor y el interés que no ha sido moneda corriente en esta temporada.

Algunas señales ya empezaban a predicar en favor del Madrid. Los episodios de crisis en la Liga -goleado por el Barça en el Bernabéu- y en la Liga de Campeones -derrotas ante el Lille, Milán y Liverpool- sólo han provocado leves desperfectos. Una vez más, Ancelotti ha mantenido la calma. Es un experto en navegar en aguas turbulentas. Si el reciente socavón del Barça ha ayudado en el recorrido, no es asunto del Madrid, que ya está a la cabeza de la Liga, con lo que eso supone de inyección de energía, confianza y serenidad.

Lo demostró en Cartagena frente a un rival entusiasta y débil al que no dejó respirar. Hay muchas maneras de ganar este tipo de partidos. El Madrid eligió la que más le convenía para lanzar un potente mensaje: comienza la segunda parte de la temporada en las mejores condiciones para lograr sus grandes objetivos. No lo había parecido hasta ahora.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.

Normas