Cómo tropezar dos veces con la misma piedra, por Juan Berrocal

Corría el minuto 11 de partido, cuando el cancerbero Jordi Masip envió al cielo de Valladolid un envío en largo en el que Nolaskoain no logró acertar con su aterrizaje. El mediocentro zumaiarra en un intento por despejar el balón, desestabilizado, acabó peinando el esférico hacia atrás. Debido a la calurosa climatología que golpeaba el José Zorrilla, el césped sufrió el riego pertinente para favorecer a la circulación de balón, haciendo que la peinada del ‘24′ azulgrana se transformara en una venganza para su propio compañero. Sylla, enrabietado por el tanto que le habían anulado instantes atrás, arrancó su galopada como si de un guepardo se tratase. Berrocal, mal perfilado, no esperó el error de su socio y acabó concediendo metros a su rival. El delantero blanquivioleta lo aprovechó y cuando ya encaraba la portería defendida por Luca Zidane, el central jerezano, al intentar enmendar su error acto seguido, acabó derribando al senegalés. El resto es historia. Cartulina roja y paseo hasta el túnel de los vestuarios, mientras reconocía decepcionado consigo mismo su tremendo error.

Y es que Juan Berrocal es uno de esos jugadores capaces de tropezar dos veces con la misma piedra. Como si él mismo se propusiera esconder sus múltiples virtudes, cometiendo errores de bulto impropios de un futbolista de su categoría. Afianzado como central titular formando tándem con Anaitz Arbilla, el canterano sevillista se ha perdido hasta 5 jornadas a causa de las sanciones. 4 por tarjetas rojas y una por ciclo de amarillas. Contundente defendiendo el área, rápido al corte y seguro por arriba, a campo abierto, es donde se le intuyen más las costuras. Debido a su envergadura, el andaluz sufre en acciones donde tiene que medir su velocidad con delanteros verticales, sobre todo cuando le pilla de parado, tal y como se pudo corroborar en la tarde de ayer. Aunque no es la primera vez que le ocurre. En la 18ª jornada disputada en la Cerámica, ‘Berro’ trastabilló a Collado, en un calco de la misma jugada. El colegiado volvió a decretar la expulsión y los 10 armeros que restaban por el campo a pesar de su incesable esfuerzo acabaron naufragando.

Por encima de afición, plantilla, staff y directiva, el primer molesto con su rendimiento no es otro que el propio Berrocal. Incluyendo la reprimenda que vendrá a cargo de Joseba Etxeberria (si es que no la ha recibido ya), el defensor dispondrá de toda la Semana Santa para reflexionar sobre sus actos. Por lo que con las últimas diez jornadas del campeonato liguero todavía por delante no hay tiempo para reproches. Las objeciones y conclusiones ya vendrán al final. Ahora, más que nunca, la unión equipo-afición se atisba fundamental, pues la clasificación aprieta y el club que más entero llegue a los compases finales, será aquel que se lleve el gato al agua. Ni porcentajes, ni historias. Berrocal ha sido capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, pero la parroquia eibartarra no se va a permitir hacerlo. A la tercera va la vencida.

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