Cerrar el verano con un poco de rock
Courtois está siendo terriblemente cruel con Aspas. El belga es capaz de ir caminando por la luna con tal de convertir al moañés en una foto en blanco y negro. Quizás todavía no sean un millón de cicatrices, pero en el mano a mano Iago se siente tan solitario como la rosa del desierto. Digan lo que digan, el mago de Moaña no se cansa de llevar el mensaje en una botella. Qué sabe nadie, puede que esta noche Roxanne no se ponga en la luz roja.
Es insoportable tener que vestirse siempre de Godzilla para engatusar a Lady Madrid con campos de oro. Cada pequeña cosa que hace es magia, pero ya nada volverá a ser como antes. Ha estado muchas veces a medio centímetro, ha sido su pequeño Chernóbil, pero Balaídos conoce a su Peter Pan, sabe que es capaz de alcanzar la Estrella Polar y ponerse a bailar con la lluvia en los zapatos.
En estos tiempos en que no hay dinero para nada, salvo para las princesas, toca revolución. Es la hora de ser Quentin Crisp en Nueva York, de mostrarse al mundo tal como eres. Es un escándalo que el diez celeste no se vista de rojo, pero ya sabemos que ese coche robado no volverá. Así que disfutemos del vis a vis entre Bélgica y Moaña. Con ellos despediremos el verano a ritmo de rock, paseando de Castrelos a Balaídos.