Opinión

Caso Negreira: no habrá paz sin castigo

La justicia deportiva exige otra velocidad: solo tiene sentido la reparación inmediata de la falta.

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, a su salida a la Ciutat de la Justicia, a 12 de diciembre de 2025, en Barcelona, Catalunya (España). El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, y los exentrenadores, Luis Enrique Martínez y Ernesto Valverde, declaran como testigos ante la instructora del 'caso Negreira', que investiga los presuntos pagos del club blaugrana al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) José María Enríquez Negreira y a su hijo Javier.
12 DICIEMBRE 2025
Alberto Paredes / Europa Press
12/12/2025
Alberto Paredes
Luis Nieto
Director adjunto. Licenciado en CC de la Información por la U. Complutense y máster en Transformación Digital y Estratégica (EOI), inició su carrera en el Diario Ya. Trabajó El Independiente y Diario 16. Llegó a AS en 1996. Ha ejercido las funciones de jefe de fútbol, redactor jefe, subdirector, director de la página web y director de Información.
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El sistema judicial español es extremadamente garantista y debe felicitarse por ello, pero se mueve a una velocidad que no entiende el deporte, ámbito donde la falta requiere una reparación inmediata o pierde su sentido. Y resulta que el Caso Negreira lleva dos años dando vueltas de juez en juez en medio de un ambiente cada vez más cargado, si no podrido. Y así hemos llegado a que el discurso navideño de Florentino se convierte en una declaración de guerra, Laporta es incapaz de justificar lo injustificable ante la jueza, pero se crece ante los medios, el sindicato arbitral pide que le registren y el CTA hace la estatua ante los errores.

Rafael Louzán creyó traer bajo el brazo un plan de conciliación: cambio de la cúpula arbitral, un presidente del CTA no contaminado por el viejo régimen y explicaciones semanales a las polémicas con propósito de enmienda. La cosa coló a medias (los vídeos de Real Madrid TV nunca desaparecieron) mientras Madrid y Barça estuvieron en el mismo bando. En aras de ese plan de puertas abiertas Louzán sentó a los árbitros de la final de Copa ante los periodistas. Un error. Los jueces únicamente deben explicarse a través de sus sentencias. El caso es que González Fuertes se calentó y vertió gasolina sobre un fuego inextinguible.

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A falta de una resolución judicial todo y todos (el Madrid ve contagiado a cualquiera que coincidió con Negreira) quedan bajo sospecha. En realidad, nunca dejaron de estarlo, o eso le pareció al Barça, que puso a sueldo al vicepresidente arbitral bajo la excusa de informes fantasmas que ya han ardido en la hoguera sin pasar por el ojo de los entrenadores y que perdieron su valor en cuando Negreira dejó de mandar. Xabi dice que fuera no se entiende que el asunto no haya tenido consecuencias. Mira a Italia, donde gigantes como Milan o Juventus fueron descendidos. Así que me temo que no habrá paz mientras no haya culpable y castigo.

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