Carreras pasa la ITV del Bernabéu
El gallego aterrizó el martes en el coliseo blanco con un empaque y una entereza que conquistó a la grada del estadio de sus sueños adolescentes.
He visto a muchos futbolistas cualificados y de gran condición física y técnica que terminaron fracasando en el Bernabéu. Llegaban con una hoja de servicios intachable y, para sorpresa de todos, naufragaban en este escenario imponente que se comporta con los nuevos con la exigencia lógica de quien está acostumbrado al caviar y poco al bocadillo de boquerones en vinagre. “Si eres tan bueno como dice tu precio, demuéstralo aquí”. Esa es la filosofía que ha permitido triunfar a los elegidos y quedarse en la cuneta a los débiles de espíritu. Un ejemplo palmario fue el de Flavio Conceiçao, que llegó en el verano de 2000 como estrella aclamada del Depor de Lendoiro y que jamás logró cuajar un gran partido de blanco. “Cuando saltaba al Bernabéu, le temblaban las piernas”, me confesó pasado el tiempo un compañero suyo...
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Pues estén tranquilos con Álvaro Carreras. Gallego. Ferrolano. Un chaval con personalidad, que dejó la cantera del Depor para enrolarse en la del Madrid y de ahí al equipo filial del Manchester United. No se arrugó con ninguno de ellos. Buscó un paso transitorio con el Granada para jugar la Champions con el Benfica y anular a Lamine Yamal. Y aterrizó el martes en el Bernabéu con un empaque y una entereza que conquistó a la grada del estadio de sus sueños adolescentes. Carreras es un valor fiable. Gran fichaje.
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