Carpe diem, España

Carpe diem. Hay que aprovechar el momento, porque a la Selección le sale todo. En una noche taquicárdica en la que enseñó virtudes y defectos a partes iguales, se marchó a los once metros a jugarse en los penaltis su condición de campeona de la Nations. Y ahí emergió, gigante, Unai Simón, que le evitó pasar un mal trago a Lamine, que vivió todos los estados de emoción posibles durante la tanda.

Mestalla se caía cuando Pedri iba a tirar el penalti. Eso sólo podía acabar bien. España ha marcado cinco goles en los cuartos y ha podido hacer unos cuantos más. Pero ha recibido otros cinco y casi se lleva alguno más en la mochila.

Hay jugadores imponentes en la Selección, alguno mágico (Nico estuvo imponente, Lamine celestial en el 3-2, Pedri en el penalti), y hasta hemos descubierto a Huijsen, pero este equipo echa de menos el corazón de Carvajal y el cerebro de Rodrigo. Pero aun así, sobrevive. Carpe Diem, España.

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