Capitán, ídolo y consejero de Nico

En la figura de Iñaki se condensa todas las virtudes que puede tener un futbolista. Porque él vivió las penurias que tuvieron que soportar sus padres para salir adelante, con una odisea desde Ghana hasta España para buscarse el pan. De niño, les cortaron el agua y la luz por no poner abonar el suministro y le dijo a su madre, María, para calmar su llanto: “No te preocupes, que voy a ser futbolista”. Esas estrecheces forjaron la personalidad de un tipo humilde y generoso con los necesitados. Nunca encontrará nadie un “no” de Iñaki con una foto o una firma, o para arrimar el hombro con personas con pocos recursos. Todo ello sin que le suponga un esfuerzo, sin malas caras o gestos de hacerlo por compromiso. Por eso es uno de los capitanes e ídolo de San Mamés. Se ha ganado el cariño de la gente y sus compañeros por su enorme humanidad. Y, por supuesto, por su dimensión como futbolista, un hombre de hierro capaz de pasarse casi siete años sin perderse un partido de Liga.

Es verdad que Ramalho fue el primer negro que jugó en el Athletic, pero Iñaki rompió moldes como el primero que alcanzaba una repercusión mundial. Luego han ido llegando los Nico, Djaló, Adama... Y ahí entra otro de los aspectos que engrandecen a Iñaki. El hecho de ejercer de tutor de su hermano. Este ha llegado a confesar que era un cabra loca y en casa le ayudaron a mantener los pies en el suelo. El Athletic tiene una joya con este hombre, que vale para todo. Todo lo bueno. Hoy le toca desafiar al Madrid. El Athletic lleva una derrota, ante el Girona, en los 16 últimos partidos. Ante el Rayo se rompió la mala racha de no haber ganado tras partido europeo. Esto marcha. E Iñaki es fundamental.

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