‘Cafucas’ es un jugador impagable

Hay futbolistas que no valen por lo que parecen sino por lo que son. Es el caso de Lucas Vázquez, un canterano tridimensional que a sus 33 años recién cumplidos se ha ganado con creces seguir una temporada más en el equipo de su vida. El gallego de Curtis va camino de completar una década prodigiosa en el Madrid. Llegó en el verano de 2015 tras completar una campaña exitosa en el Espanyol, por una recompra módica (1,5 millones de euros) y sólo 10 meses después estaba en San Siro jugueteando con la pelota antes de tirar el primer penalti de la tanda (el más difícil) ante el Atleti del Cholo con la Undécima en juego... Y batió a Oblak con una serenidad asombrosa.

Lucas lleva diez años ofreciendo un magisterio sobre lo que es ser solidario y responsable en un vestuario. Futbolista polivalente y polivaliente. Empezó de extremo derecho y ahora es el relevo asentado del mejor Carvajal de siempre. Ante el Barça, en el Bernabéu, fue el MVP (gol, asistencia a Bellingham y penalti provocado). En Vitoria metió el gol de oro en el descuento... ¡de cabeza a la salida de un córner! Le apodan Cafucas (en honor a Cafú, el legendario lateral diestro de Brasil) y no es para menos. Su renovación hasta 2025 es un acto de justicia y de responsabilidad del club. Ancelotti necesita un jugador tan versátil como él. Nadie le regala nada. Lucas se lo merece todo.

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