Benzema, un ‘Giant’ en San Francisco
Hay dos Madrid. El que juega sin Benzema luce entusiasmo, calidad en su centro del campo y desborde por las bandas con Rodrygo y Vinicius. Pero en el área muerde menos que mi chihuahua. Hay otro Madrid con Karim que es perfecto porque se sabe que en cualquier instante el próximo Balón de Oro saca su chistera y hace magia con el balón en los pies. Sus movimientos, su inteligencia táctica, su aporte nutritivo al juego de ataque del equipo, su habilidad para diseñar paredes y huecos donde otros solo ven la noche cerrada... Karim es Von Karajan, la mano que mece la cuna, la aguja del compás. Con su regreso al equipo el madridismo recupera esa ilusión que se quedó en la despensa de la duda tras la derrota sufrida en el Clásico de Las Vegas. Como estaba previsto, Ancelotti le dio solo los primeros 45 minutos, suficientes para volver a constatar la necesidad que tiene el equipo de su omnipresencia. Su golazo picassiano sirvió para compensar el gol tempranero del América, el Madrid de México.
Karim recibió de Kroos, imaginó una pared maravillosa con Asensio y chutó con una curvatura perfecta hacia el palo al que Memo Ochoa, con sus 37 años, jamás iba a llegar. Solo le faltó aplaudir a la propia portería de Las Águilas. El soccer crece en Estados Unidos por acciones como esta. Aconteció en un campo de béisbol, el Oracle Park, donde los míticos Giants deleitan cada semana a los ‘sanfranciscanos’. El descanso del Capitán América no restó interés a un segundo capítulo en el que Hazard reivindicó que puede ser el nueve de guardia y en el que Ceballos volvió a sacar la partitura de jugón, con la adolescente complicidad de Camavinga. El campeón de Europa ya va formateando su rostro y el empate final solo es producto de un penalti piscinero. En la madrugada del domingo le espera esa Juventus que, pese a las ausencias de Pogba y Vlahovic y la marcha de De Ligt, Dybala y Morata, demostró que el Barça no es tan fiero como lo pintan y que Lewandowski, en dos partidos, ya lleva menos goles que Benzema en 45 minutos. Un respeto al futuro Balón de Oro...