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Barrios maquilla la mala planificación del 5

“Necesitamos un medio para compartir ese lugar con Koke y darle más competencia a esa posición”. Eran las palabras de Simeone en su entrevista con el diario AS publicada el 1 de agosto. Más de un mes antes se lo había hecho saber a Miguel Ángel Gil y a Andrea Berta en la primera reunión para situar las líneas maestras de la plantilla 2023-24. Hace falta un pivote. Para competir en Champions y contra medios muy físicos como el que tiene el Real Madrid es necesario músculo y una marcha más. Se sintió en la fase de grupos de la temporada pasada contra Brujas, Leverkusen y Oporto, a priori inferiores, pero que vuelan.

Los días han pasado, las semanas, los meses y a 31 de agosto no ha llegado nadie en el puesto y se ha marchado Kondogbia, que vivió sus mejores días de rojiblanco en las batallas contra United y City. Hojbjerg, Amrabat, Guido Rodríguez, Paredes... más y más nombres dispuestos a hacer un esfuerzo por vestir la camiseta del Atlético. Aquello de que los futbolistas juegan donde quieren puede pinchar en hueso con el marroquí, más enamorado del cholismo que el propio cholismo de él. El danés siempre ha sido el deseado. Y el técnico argentino ve pasar el tiempo con la intranquilidad de lo que no llegó y lo que puede salir. A los tres minutos de la primera jornada perdió a Koke, su motor y ancla. Y ha tocado reinventarse. El propio capitán fue la solución al adiós de Tiago en 2018, Rodrigo en 2019 y Thomas en 2020. Sin todos ellos y con el vallecano en un puesto que no era el suyo se ganó LaLiga 2020-21.

Y ahora toca mirar de nuevo a la Academia para salir del entuerto. Pablo Barrios ha asumido el reto y a sus 20 años está cumpliendo con creces. Ha retrasado metros para ayudar en la salida, tiene desparpajo, visión y no se ahorra ninguna carrera. Pero, el buen nivel de la nueva joya de la Academia en un lugar destinado a un fichaje contrastado y el 0-7 en Vallecas no debe desviar la mirada. Simeone pidió una pieza básica para competir por títulos y no ha llegado. Y quedan horas para el cierre de mercado. Con la operación salida atascada, es imposible avanzar. Ancelotti reclamó un medio y le trajeron a Bellingham, la gran promesa del fútbol mundial. Xavi al menos dos y llegaron Gündogan, capitán del campeón de la Champions, y Oriol Romeu, curtido en LaLiga. El Atlético solo ha gastado en el fichaje de Galán (menos de cinco millones). Quedan horas a contrarreloj para contentar a Simeone, cuya petición puede ser como aquel regalo de Reyes que nunca llegó. Aún hay tiempo, pero el tic tac aprieta. Si toca reclamar, ya saben cuál es la ventanilla.